Gardenias

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— Pulga, necesito que despiertes — una voz que en un principio me pareció extraña me llamaba

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— Pulga, necesito que despiertes — una voz que en un principio me pareció extraña me llamaba. Solo hay una persona en el mundo que me dice de esa manera.

Me gire para darle la espalda y cubrí mi rostro con las mantas, deseaba por un maldito día dormir después de las 10 de mañana.

— Bien, no me dejas opción— de la nada arrancaron la manta con agresividad. Si algo en esta vida puede ponerme de mal humor es ser despertada de la peor manera posible, ojalá que este tonto esté listo para su funeral.

— ¿Qué carajos haces aquí Alex? — restregué mis ojos intentando acostumbrarme a la potente luz que entraba por la ventana— ¿No se supone que deberías estar en Ehrmich?

—Dos cosas— exclamó ignorando mis preguntas— la primera ¿Quién te dio permiso de dormir en mi cama? Y la segunda, ¿Qué mierda hace un vándalo del subterráneo en tu habitación?

Me levanté bostezando, ese té hace maravillas. Note que el tenía un yeso en el brazo y un cabestrillo que lo sostenía.

— Estoy de vacaciones, no me molestes quieres, me daré un baño— tome una bata y me gire a la salida de la habitación, la cama de Jules estaba hecha así que probablemente ya habría salido con mi padre. Alex se apresuró a plantarse frente a la puerta evitando que saliera.

— Tienes que darme una explicación o le contaré todo a mamá y lo sacará a patadas de aquí.— era muy temprano para empezar el drama —O tal vez podría decirle a papá y él con mucho gusto usará su mosquete.

Me lleve dos dedos al puente de la nariz, a veces Alex se parece tanto a mí que me asusta.

— Es una larga historia, Erwin nos dio unos días y como no tenía a dónde ir vino conmigo, no te preocupes es inofensivo.— bufo con ironía.

— _______, este tipo lleva al menos 30 homicidios.

— Supuestos homicidios, no lo han comprobado— me fulminó con la mirada— sabes que la condena por sus crímenes fue entrar a la legión. Los otros dos chicos con los que estaba murieron y de cierta manera eso cambió su carácter, yo puedo controlarlo así que no hay por qué alarmarse.

El solo suspiró como dándose por vencido, se quitó del medio y paso a sentarse en la cama.

— Si hace algo sospechoso yo no me detendré y ... — lo interrumpí.

—¿Qué harás? ¿Le pegaras con ese yeso hasta que le abrás la cabeza?— comenté de forma sarcástica. Me recargue en la puerta para verlo a los ojos, hacia mucho que no estábamos los dos en la casa  y sin duda se sentía extrañamente nostálgico.

— ¿Qué te pasó en la cara? Ahora te ves más tétrica.

— Tuve un problemita con el equipo de maniobras.

— ¿Qué dijo mamá?— puse los ojos en blanco recordando sus palabras.

— Ya te imaginarás, de inmediato saco uno de sus frascos con cosas raras y comenzó a ponérmelo en la cara, dijo que tenía que conseguir un marido para por fin salirme de ese infierno por qué algún día terminaría igual que Morgan ¿Puedes creer que hizo una cita con la casamentera? Esta loca si cree que voy a ir— reímos los dos —¿Me dirás por qué viniste?

• Rain •  || ʟᴇᴠɪ ᴀᴄᴋᴇʀᴍᴀɴ  ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora