Capítulo 158

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Alba se levantó después de no haber pegado ojo en toda la noche. Mara aún dormía y la dejó tranquila en la cabaña. Pasó por la puerta de Germán y dudó un instante si llamar para hablar con él. La noche en vela le había hecho ver las cosas con claridad y quería compartirlas saber su opinión sobre lo que estaba decidida a hacer. Natalia estaba viva, de eso no le cabía duda. Tenía que estarlo y ahora lo que necesitaba era tomar decisiones, y la primera, le gustara o no a Germán era ir a Kampala y enfrentarse a Oscar o al mismísimo director para que autorizaran una búsqueda y solicitaran una investigación. Se encaminó a la radio y para su sorpresa Germán estaba allí, con cara de pocos amigos.

- ¿Qué pasa?

- Acaban de confirmarme que lo de ayer no fue un ataque de la guerrilla, al menos no del grupo que opera en esta zona.

- Pero... entonces...

- Se temen que sea un grupo de mercenarios a sueldo.

- ¿Y qué ganan atacando un convoy médico?

- No lo sé. Necesitarán medicinas o material. André también me ha dicho lo mismo, la forma de operar es de la guerrilla, pero las armas con que les atacaron son último modelo de fusiles, la guerrilla no los usa. No se lo pueden permitir. De hecho, a pesar de la confusión, los chicos recuerdan que no hubo movimiento hasta que pasaron los dos primeros camiones.

- ¿Y qué quiere decir eso?

- Lo normal es que detonen la bomba al paso del primero, para dejarlos encerrados y que no puedan huir, atacándolos por detrás y por los flancos. Está claro que o eran pocos, o su objetivo era sembrar el caos, permitir que huyeran y alcanzar su objetivo, robar los suministros de los camiones centrales y aniquilar a los demás.

- Pero por tu cara... creí que sabíamos algo de Nat.

- No.

- ¿Qué me ocultas?

- Nada.

- Sí, me estás ocultando algo.

- Que no Alba, que no te oculto nada. Te he dicho todo lo que me han confirmado.

- Te conozco...

- Está bien... se me ha ocurrido pensar que... ¿y si el objetivo era Nat? Adela me asegura que absolutamente nadie sabía que venía aquí. Solo ella e Isabel. Pero... ¿y si se lo dijo a alguien más?

- ¿Y qué más da ahora eso? lo importante es qué hacemos para encontrarla, ¿han salido ya los camiones?

- Sí, salieron al amanecer, al poco de que volvimos tú y yo.

- ¿No has dormido?

- No y tú, ¿has podido dormir algo?

- Nada – suspiró - Mara sigue como un tronco.

- Todo esto es demasiado para una cría como ella. ¡vaya mala suerte que ha tenido!

- ¿Mala suerte? No, es solo un mal momento porque vamos a encontrar a Nat. te lo digo yo Germán. Me voy a Kampala.

- Niña, ¿otra vez con eso? ¡qué pareces mi ex!

- Ya quisiera ella parecerse a mí – le soltó enfadada – si sabía que Nat iba a venir tenía que habérselo impedido.

- Te lo he dicho muchas veces. Adela quiere muchísimo a Nat y jamás le impediría hacer algo que para ella sea importante. Y tú, lo eres.

- Nat no estaría... como está si no es porque su amiguita le permitió...

La ClínicaWhere stories live. Discover now