Capítulo 19

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Sonia salió corriendo a la calle. Isabel que esperaba junto a sus hombres frente a la casa se sobresaltó al verla tan alterada y corrió hacia ella.

- ¿Y Nat?

- Con Elton. Tranquila que va todo bien – le dijo con rapidez mirando hacia ambos lados - ¿has visto salir a unos de los hijos de Elton?

- Si, ha tirado para las casas de la Manti, si te das prisa aún lo alcanzas.

- ¡Gracias!

- ¡Sonia! – la llamó alzando la voz - ¿ocurre algo?

- No, nada, quiero proponerle una cosa.

Isabel se quedó pensativa y de pronto cayó en la cuenta, aquel joven que acababa de salir era el mismo con el que la había visto la noche de la fiesta y que la esperaba en la calle. ¡Ahora comprendía porque le resultó familiar! No es que lo conociera a él, es que se parecía a alguno de sus hermanos y a su padre. Sonrió pensando en lo que diría Natalia de esa relación, con razón la joven no le había contado nada aún.

Sonia giró en la esquina y se topó de bruces con Elton que la esperaba sonriente.

- ¿Qué haces aquí escondido? – protestó molesta por el susto que acababa de darse.

- ¿Por qué no me dijiste que estarías en mi casa? – preguntó dándole un beso y agarrándola por la cintura – me gusta saber todo lo que hace mi niña.

- No podía – le sonrió abrazada a él.

- Y ¿se puede saber por qué? – le preguntó interesado.

- No. Cosas del trabajo – le dijo esquiva, Isabel le tenía prohibido decirle a nadie los horarios de Natalia y eso era algo que cumplía a rajatabla, por mucho que lo quisiese, por mucho que confiase en él, la seguridad de la Pediatra era lo primero – sabías que hablaríamos con tu padre.

- Ya... - se separó molesto – no me gusta que me dejes al margen, creí que formábamos un equipo para cambiar las cosas ...

- No te enfades, mi amor – le pidió melosa – claro que lo formamos, pero... antes tengo que hablar con Nat... y convencerla de...

- Podías habérmela presentado tú – le reprochó manifestando aún que estaba molesto – estoy harto de que andemos a escondidas, o... ¿es que te avergüenzas de mí?

- ¡Claro que no!

- Pues no lo entiendo.

- ¡Eh! ¡venga! – intentó hacerse entender – esto es importante, tu padre tiene que ayudarnos y tu podías... añadir tu granito de arena.

- Quiero que me la presentes. No voy a decirle nada a mi padre de alguien a quien no conozco.

- Pero los derribos son mañana, no hay tiempo.

- Nos queda hoy – le sonrió – podías invitarla a cenar y presentarme oficialmente.

- ¿Es lo que quieres?

- Si. Si hablo con ella... podré interceder con mi padre.

- Hoy Nat no va a poder. Tiene el día al completo, quizás pase la noche aquí. Pero mañana la invito y te la presento.

- ¿Pasará aquí la noche! ¿por qué?

- Por lo de los derribos y... - de pronto guardó silencio y lo miró con el ceño fruncido - ¿tú por qué estás tan interesado en Nat?

La ClínicaWhere stories live. Discover now