Mi mejor versión

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Un auto había frenado a ayudarlos en medio de la lluvia. Unos minutos más tarde llegó la grúa desde Woolacombe, que los llevaría hasta Londres.

Al llegar Skyler pidió bajarse en la estación de trenes de Londres.

– ¿Por qué? Vayamos a casa, luego te llevaré.

– No, de verdad. Quiero bajarme aquí, estoy exhausta... Ve y arregla la situación.

El chófer de la grúa frenó en la estación de trenes, y volteó a verla algo confundido.

– ¿Está segura señorita? Está lloviendo a cántaros.

– Sky... Por favor. No te enfades conmigo, las cosas no salieron como esperaba.

– Muchas gracias por traernos. – Skyler saludó amable al chófer ignorando a John y bajó del camión.

Pero John bajó seguido de ella para ayudarla a bajar su maleta.

– Sky...

– Ya para John. Ve y arregla tus problemas por tu cuenta. Yo estaré bien.

– ¿Por qué estás tan enfadada?

– Porque has sido muy irresponsable John.– exclamó intentando bajar la voz, mientras fruncía el ceño. – Y ahora que lo pienso, no es la primera vez. Debo pensar las cosas... ¿Si? He pasado muchas cosas en mi vida, y lo que menos quiero es a alguien con poca responsabilidad y estabilidad.

John bajó su maletas y la miró apenado.

– No tomes una decisión apresurada. Te daré tu espacio, pero que olvide algunas cosas no me hace ser irresponsable. ¡Déjame enseñarte que no lo soy...!

– John. – suspiró. – Dejemos las cosas como están... Hablamos en éstos días. Saluda a Julian de mi parte, ¿Si?

– Sky... – Acotó apenado.

Skyler besó su mejilla y volteó para dirigirse a la zona de taxis en la estación.

✧✧✧✧

John corrió los pocos metros desde su otro auto a la casa de Cynthia. Tocó timbre y minutos después la escucho acercarse a la puerta.

Abrió la puerta, pero al ver que se trataba de John su rostro cambio por completo y le cerró la puerta en la cara.

– ¡Cynthia! Abre la puerta por favor.

– ¡Vete! Julian no quiere verte.

– No hables por él. Deja que lo vea por favor...

– Vete John.

– No me iré hasta que abras la puerta. ¡Julian! – exclamó acercándose a la ventana.

Cynthia abrió la puerta y lo miró enfurecida.

– ¡No hagas un escándalo fuera de mi casa! – exclamó. – No volveré a pasar por ésto. Mi hijo no volverá a pasar por ésto.

– Nuestro hijo. – la corrigió serio. – déjame verlo.

Cynthia negó con la cabeza en desaprobación, pero dejo la puerta entreabierta y volvió a ingresar a su casa. John decidió esperar ahí.

Minutos después, un Julian con expresión entristecida apareció en la puerta.

– ¡Jules! – exclamó John y se arrodilló para abrazarlo. Sin embargo, el niño no le correspondió el abrazo.

You're The One | John LennonOnde as histórias ganham vida. Descobre agora