Woolacombe

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Skyler encontró a John en el estacionamiento, pisando una colilla de un cigarro apagado.

Al oír sus pasos él volteó, y suspiró.

– Siento que hayas tenido que presenciar eso, pero no puedo controlarme con Gloria. No puedo controlarme con nadie que cuestione mi trabajo, y mi arte.

Skyler no dijo nada, caminó hasta el lentamente y tomó su rostro con calidez, rozó sus labios y le dió un lento beso.

Sintió cómo el se relajaba poco a poco, mientras la tomaba por la cadera.

– Vámonos de aquí, por unos días... – Murmuró en sus labios.

Skyler se separó de él y lo miró.

– ¿Estas loco? Aún debo trabajar.

– Solo unos tres días, por favor. Hay un lugar que me gustaría mostrarte...

– John, no lo sé...

– Lo necesito... Y necesito que tu vengas conmigo. Te quiero a tí y nada más. Estoy cansado de la prensa, necesito un descanso.

Skyler lo miró pensativa. Pero después de todo, ella también necesitaba un descanso.

Luego de la fiesta que habían hecho, fotografías de ellos dos muy cerca bailando o bebiendo habían estado en primera plana de todos los periódicos. La gente creía que ellos ya estaban saliendo, o algo por el estilo.

Pero la verdad era que lo suyo habia pasado mas allá que sólo besos.

✧✧✧✧


Aquellas misma noche, ambos cenaron algo rápido, armaron sus maletas y emprendieron viaje al próximo destino misterioso de John.

A Skyler le sorprendió la impulsividad de John, pero en parte sabía que él era así. Tampoco le había avisado a nadie a donde irían.

En todo el viaje, charlaron de cosas indistintas y las risas no faltaban.  Skyler iba soltándose poco a poco, y a la vez abriendo su corazón a John.

El no tenía malas intenciones, y quería pensar que lo que veía era cierto. Era un hombre que habia pasado por mucho, pero merecía una oportunidad para hacer las cosas bien con alguien que lo sepa querer, y le enseñe a cuidar las cosas que realmente importaban.

El viaje por carretera duro unas cuatro horas y la morocha leyó un letrero alumbrado por las luces de las farolas del auto. "Bienvenidos a Woolacombe", aquella era una localidad en el suroeste de Inglaterra muy poca concurrida, según John le había comentado una vez.

– Woolacombe. – observó Skyler sonriendo.

– ¿Recuerdas que lo mencioné, cierto?

– Por supuesto, dijiste que sería tu próximo destino cuando quieras escapar de todo por un rato. – volteó a verlo, y él le dedicó una sonrisa rápida mientras ingresaba por un camino a la playa.

– Que buena memoria. – observó algo enternecido.

Redujo la velocidad, el reloj ya marcaban las dos de la mañana y la gente dormía en sus casas. No había nadie en las calles.

Luego de unos diez minutos, John aparcó en lo que parecía un estacionamiento. Y ambos bajaron del auto.

El sonido del mar fué como música para sus oídos, sonrieron al ver el hermoso paisaje que los recibía.

You're The One | John LennonWhere stories live. Discover now