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El calor sofocante recorriendo su cuerpo fue tan insoportable que hizo que el alfa despertara exaltado, su leopardo gruñía en su interior y podía sentir como este luchaba por salir...

El aroma de su omega se sentía mucho más intenso de lo que recordaba, con pánico revisó su calendario.

Faltaban dos meses para que su celo se presente, pero sabía que ahora se habia adelantado, perdería el juicio en poco, sabia que no lograría luchar contra sus instintos, por lo que se levantó rapidamente de su cama y aseguró la puerta de su habitación.

Maldijo varias veces la situación, si se encontraba en celo no podría ir a ver a su omega, corrió hacia el armario y sacó varias prendas de su omega para llevarlas a su cama, tomó su celular y llamó a su esposo, no queria preocuparlo.

- ¿Qué pasa? te siento un poco alterado... - fue lo que dijo su esposo ni bien contestó la llamada.

- Lo siento amor, por alguna razón mi celo se adelantó, tampoco lo entiendo, pero no podré ir al hospital...

- Esta bien amor, me darán de alta dentro de poco, así que iré a la casa de mis padres.

- Esta bien, cuando mi celo pase te iré a recoger, cuidate mi amor, cuídense, lxs amo.

- También te amamos... - y la llamada terminó.

Harry soltó un gruñido ante la inconformidad de su alfa de tener a su omega lejos de su alcance, pero no iba a arriesgarlos, preferia pasar ambos días en puro sufrimiento antes de lastimar a Draco.

Se tumbó en la cama y trató de calmar a su leopardo, no le quedaba mucho para ceder ante los instintos, como en cada celo, su mente se nublaría y no recordaría casí nada para cuando su celo se haya marchado.

Poco a poco sus ojos se fueron cerrando con calma, lo último que Harry distinguió fue la puerta de la habitación intentando ser abierta, luego de eso todo se volvió oscuro.

Cho había sentido el intenso aroma de Harry, señal de que había entrado en celo.

La pelinegra fue en busca del alfa para poder ayudarlo con su celo, pero al llegar a la habitación del alfa se encontró con la puerta asegurada, un bufido de molestia escapó de sus labios y empezó a tocar la puerta para llamar al alfa.

Pero el alfa solo soltó un gruñido de amenaza que la asustó.

- ¿Harry? cielo, ábreme, yo puedo ayudarte - dijo Cho soltando de su aroma para llamar la atención del alfa.

- ¡Vete! - ordenó el alfa con furia, causando que la omega baje la cabeza por instinto.

- Pero puedo ayudarte, soy tu omega - insistió la omega.

- ¡Lárgate! - volvió a gritar el alfa siendo obedecido al instante por la omega que a regañadientes se marchó.

Cho bajó hacia la cocina con pisadas fuertes, se hallaba molesta y no era para menos, el alfa, tanto humano como felino, la habían rechazado.

Tomó su celular y marcó a la madre del alfa.

- Hola linda, ¿pasa algo? - preguntó su suegra.

- Me rechazó, hice lo que me aconsejó y ¡él me rechazó! es un gato estúpido. - se quejó la omega.

- No pensé que pasaría eso contigo, pero no te alteres, hay una solución muy sencilla para eso.

- ¿Qué?

- Harry no te abre la puerta, ¿verdad? - Cho confirmó aquello - para que no te quiera abrir significa que entre ellos existe un lazo, no abrirá la puerta a nadie que no sea su pareja, pero al estar en celo, es más fácil, él solo te abrirá la puerta si utilizas el aroma de su pareja enlazada.

𝕄𝕪 ℕ𝕦𝕞𝕓𝕖𝕣 𝕆𝕟𝕖♡Where stories live. Discover now