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- ¡Ayuda! ¡Por favor! - gritaba desesperado el alfa con su omega en brazos quien en medio de llantos de dolor pedía a su cachorro no rendirse.

Algunas enfermeras solo los vieron pero nadie se acercó hacia ellos, nadie parecía tener la intensión de ayudar a la pareja desesperada.

Por los pasillos venía corriendo una alfa con dos enfermeros detrás suyo, uno de ellos empujaba una silla de ruedas, la castaña tan solo se acercó a la pareja y sin decir una palabra arrebató al omega de los brazos del alfa para colocarlo en la silla de ruedas y llevarlo para poder revisarlo.

Cuando llegaron a la sala de urgencias se le prohibió el ingreso al alfa.

Harry se tomó de la cabeza preocupado por su familia, su leopardo en su interior rugía molesto y preocupado, el felino tenía muchas ganas de despellejar a cierta gatita que había sido la causante de que su omega se encuentre en aquella habitación con la vida de su bebé en peligro y su vida misma.

Una parte suya se culpaba de que todo aquello estuviera pasando, no debió dejar a su omega solo con Cho, debió hacer caso a su instinto que le pedía no dejarlos solos pero ya era tarde para arrepentimientos, nada lograría con arrepentirse.

Eran las dos de la mañana cuando la alfa castaña que se encontraba revisando a su omega salió de aquella habitación con el semblante preocupado.

- Harry... - llamó la alfa teniendo enseguida la atención del alfa que se acercó a ella con preocupación.

- ¿Cómo están?

- Ahora ellos se encuentran bien, por el momento Draco esta fuera de peligro pero el cachorro necesita atención, aún no podemos decir que se encuentra fuera de peligro, lo que pasó fue una amenaza de aborto, si no los hubieras traído enseguida el bebé no hubiera podido resistir. - cada palabra que la castaña soltaba era una punzada al corazón del pelinegro.

Hermione no podía imaginar lo que Harry estaba sintiendo pero sabía que aquella noticia le había caído muy mal.

- Necesito que firmes algunos papeles para poder hospitalizar a Draco, lo tendremos en observación.

- Claro - susurró el alfa - ¿puedo entrar a verlo?

- En este momento lo están trasladando a una habitación, mientras es acomodado firmas los papeles y luego vas a verlo ¿te parece?

- Esta bien, gracias Hermione. - ambos alfas caminaron hacia la oficina de la castaña para firmar dichos papeles, Harry tan solo suspiro y dando ligeros toques en su pecho mandó a calmar a su leopardo que gruñía por ir corriendo hacia su omega y su cachorro.

Cuando Harry ingresó en la habitación donde se encontraba Draco, sintió como su corazón se partía en pedacitos, su omega se hallaba en medio de aquella habitación sobre aquella camilla.

El rubio soltaba pequeños sollozos mientras daba ligeras caricias a su vientre mientras murmuraba una oración hacia la diosa luna pidiendo por su pequeño cachorro.

- ¿Amor? - llamó el pelinegro con suavidad.

- Mi lazo... se esta debilitando - sollozó el rubio - lo estoy perdiendo Harry - nuevamente volvió a romper en llanto rompiendo por completo el corazón de su alfa.

- No amor, no lo estas perdiendo, solo esta algo cansado - trató de reconfortar el pelinegro acercándose a la camilla para tomar las manos de su esposo entre las suyas y llevarlas al vientre del rubio - esta bien, lo cuidaremos mucho y todo esto pasará, pero no llores amor, eso afectará al cachorro, debes ser fuerte, como siempre lo has sido, hazlo por el bebé, yo te prometo que todo estará bien.

𝕄𝕪 ℕ𝕦𝕞𝕓𝕖𝕣 𝕆𝕟𝕖♡Where stories live. Discover now