❝[𝐘]𝒐𝒖𝒓 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚢｡📖 𓄹ֺ໋ ᮫ [𝐇𝐲𝐮𝐧𝐈𝐧]❞

❝①⁴❞

Se separó de él después de no recibir respuesta alguna. Hyunjin le miró sorprendido y entreabrió sus labios demostrando el asombro que ese beso le había ocasionado. Jeongin, avergonzado hasta más no poder, se levantó de allí y fue hasta su cuarto casí volando. Jeongin no supo si actuó porque su corazón se lo decía o si había sido realmente un impulso, pero lo que sí sabía con certeza es que ese era un momento único. Se tiró en la cama y empezó a soltar interminables suspiros. La puerta se abrió de repente dejando ver a Hyunjin, él se sentó junto al castaño en el borde de la cama.

—¿Por qué has hecho eso? —le preguntó.

—De verdad lo siento... Eres mi profesor y yo tu alumno, no debí de hacerlo—dijo Jeongin.

—Somos más que eso ¿no? —contestó Hyunjin—. Somos amigos.

—Pero yo no te veo así... A mi me gustas —Jeongin bajó la mirada.— Se que no sientes lo mismo y jamás lo vas a sentir —añadió.— Pero al menos me quito un peso de encima, tampoco quiero que lo nuestro cambie.

Hyunjin miró al castaño sorprendido, no sabía qué contestar. El menor acababa de declararsele, pensar en los problemas que le suponía eso le hacía temblar. Tampoco se le había declarado antes ningún chico y eso de verdad le sorprendía. Jeongin por el otro lado sentía demasiados nervios, además de que gracias al beso se había dado cuenta de lo que realmente sentía por Hyunjin. Se incorporó en la cama y miró al pelinegro a los ojos, él levantó su brazo y acarició la cabeza del menor.

—No va a cambiar nada, es normal enamorarse —habló Hyunjin.

Luego de eso se levantó y salió del cuarto de Jeongin. Cuando Hyunjin salió del cuarto del castaño fue hacia su habitación para ponerse el pijama e irse a dormir. Antes de dormirse se quedó pensando sobre lo que Jeongin le había dicho. Su corazón latía con fuerza cada vez que pensaba en la corta confesión del chico, no sabía si por la sorpresa o porque realmente sentía algo más. A partir de ese momento empezó a cuestionarse si realmente le veía como un amigo.

❝📖❞

A la mañana siguiente Hyunjin bajó a la cocina para preparar el desayuno, Jeongin todavía no se había levantado, así que cuando terminó la comida, se la llevó al castaño a su cuarto. Él seguía durmiendo y no tenía pinta de que se fuera a levantar, iban a dar las doce de la mañana y Hyunjin pensó que lo mejor sería levantarle. Empezó a darle golpecitos en el hombro para despejarle, él se empezó a mover de un lado a otro. Después de que Hyunjin insistiera tanto, Jeongin abrió los ojos.

—Te dejo el desayuno aquí —le dijo.

—Gracias —contestó medio adormilado.

Hyunjin salió de la habitación y se sentó en el sofá del salón. Jeongin se quedó en su cuarto comiendo su comida preguntándose el por qué Hyunjin le había traído el desayuno a la cama. Jamás lo había hecho, supuso que el motivo era por la confesión de ayer, eso significaba que si le está tratando de manera diferente, le había traído el desayuno, eso ya era un trato distinto a como solía ser. Después de desayunar salió fuera para poner la bandeja y los platos en remojo. Se sentó junto a Hyunjin manteniendo una distancia prudente. El pelinegro le miró.

—¿Por qué te alejas tanto? —le preguntó.

—Ah...Bueno, por si te sientes incómodo —contestó desviando la mirada.

—No me siento incómodo —dijo.— Así que no te preocupes.

—Está bien...