❝[𝐘]𝒐𝒖𝒓 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚢｡📖 𓄹ֺ໋ ᮫ [𝐇𝐲𝐮𝐧𝐈𝐧]❞

❝⑦❞

Los sentidos de Jeongin empezaron a despertarse, pudo notar una presencia cerca de él y abrió los ojos, Hyunjin le estaba colocando un paño mojado en la frente, aún se notaba algo caliente por la fiebre, se preguntó él motivo de ese resfriado, ayer se encontraba bien y no aparecieron indicios de frío, así que se resfrío por arte de magia. Miró el reloj que se ubicaba en su mesita, eran las 18:07, había dormido dos horas y se encontraba peor de lo que estaba antes, sintió una gota, que salía del trapo el cual Hyunjin trajo, deslizándose suavemente por su frente, el agua estaba helada, pero a causa de la fiebre no lo notaba demasiado. En la mesita se veían un cúmulo de pastillas y medicamentos, si el castaño había tomado algo no lo recordaba. Hyunjin le miraba preocupado, agarró el paño y le limpió las gotas que se iban escurriendo por su frente, le dio pequeños golpes con la tela mojada y le limpió el sudor del cuello. Jeongin aún estaba algo adormilado, y parpadeaba lentamente, de vez en cuando el mayor pensaba que se había vuelto a dormir pero le sorprendía cuando volvía a tener los ojos abiertos. De pronto, ante todo el silencio de la habitación, el ruido de un tono de llamada se hizo presente, el peli negro se levantó y avisó a Jeongin de que salía fuera un momento, el menor solo escuchó palabras sueltas pero aún así asintió. Hyunjin salió y cerró la puerta tras de sí, el castaño no pudo escuchar de lo que hablaba allí fuera, a parte de sentirse mareado y bastante débil, escuchaba las voces algo lejanas. Después de unos diez minutos el peli negro volvió a entrar, Jeongin hizo lo possible por no dormirse, quería preguntar quien le había llamado y por qué seguía en su casa.

—¿Quién era...? —preguntó en un hilillo de voz.

—Hyori, mi mujer —dijo.

—Ah...—Jeongin suspiró—. ¿Qué quería?

—Me había preguntado si iría a cenar, le dije que no creía —contestó.

—¿Hay alguien más en casa?

—No, tu padre se fue con unos amigos, y tu madre debe de estar trabajando, me iré cuando llegue —informó.

—No te vayas... Quédate aquí —balbuceó

Después de hablar, se dio cuenta de lo que había dicho, empezó a ponerse nervioso y sus mejillas se volvieron más rojas de lo que ya estaban, rezó para que su profesor no le hubiera escuchado. Hyunjin hizo caso omiso a lo que dijo por varias razones, no quería meterle en un compromiso, porque estaba enfermo y no sabía lo que decía, y después de su recuperación sentiría algo de vergüenza cada vez que le viera. Además lo que luego le dijo el señor Yang le dejó algo intranquilo:

—Sabes Hyunjin, esto te lo digo en confianza, pero —hizo una pausa y bajito continuó:— creo que le gustas a mi hijo ¿sabes?

Hyunjin recordando esto se alejó un poco de la cama del menor, antes había pasado olímpicamente de lo que le dijo el padre sobre él, no creía que fuera cierto, és más, Jeongin sabía que estaba casado y era mayor de edad, y solo se veían algunas veces en sitios casuales, el instituto, algunas tardes en la casa de Yang, pero muy pocas veces, así que no creía que fuera cierto. Cogió una de las medicinas que habían en la mesita y volcó el pote en su mano, de allí salió una pastilla alargada de un color azul.

—Tienes que tomarte esto —le dijo.

Jeongin asintió y cogió la pastilla, se incorporó en la cama y la sábana se deslizó de su cuerpo. Agarró la botella de agua de su mesita y metió la pastilla en su boca para luego intentar tragarla con agua, cosa difícil porque nunca se tragó una pastilla del tirón. Tosió, ya que se había atragantado con la pastilla, se le había quedado en la garganta y sentía que iba a morir ahogado, tosió aún más, Hyunjin le dió golpes secos en la espalda, para que al menos escupiera la pastilla, al echarla de su boca, algo derretida y con saliva, la partió y la regresó de nuevo a su boca, para esta vez, tragarsela de verdad. Primero se tragó un trozo y luego el otro, al haberla partido notaba levemente el sabor de la pastilla, le dió un escalofrío y se tumbó en la cama, tapándose hasta el cuello.