26. Kelly IV

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Asentí un poco dudosa.

Kay decía que cada vez besaba mejor pero que aún me faltaba practicar un poco.

Además, Henry me ponía muy nerviosa. Seguro que la terminaba fastidiando.

- Henry... - Llamé dispuesta a inventarme cualquier escusa para no ir.

- ¿Sí? - Se giró hacia mí y me ofreció una de sus brillantes sonrisas.

Negué y le sonreí de vuelta. - Nada, era una tontería.

- Venga, dime. - Tiró de forma juguetona de nuestras manos unidas.

- Solo me preguntaba si tu madre estaría en casa.

- Oh, um, no. - Enrojeció y yo le imité después de escuchar sus palabras. - Estamos solos. ¿Te incomoda?

- No, está bien. Era porque le quería pedir algunas galletas, pero puedo venir otro día.

- Te las puedo llevar más tarde, si quieres claro.

- Sí, está bien.

Sonreímos de forma incómoda y sin saber qué hacer.

- Bueno, ¿vamos entonces a mi casa?

- Claro, sí.

En silencio y aún de la mano continuamos el camino, que no nos tomó más de un par de minutos completar.

- ¿Subimos?

Asentí incapaz de encontrar las palabras mientras cerraba la puerta de la entrada.

Una vez arriba me senté de forma tímida en la cama y él fue hacia una estantería con libros.

- Sé que lo del libro ha sido una escusa para tu madre, pero vi el otro día este y creo que realmente te gustará. Aunque no habla de flores pero sí de cómo cultivar y cuidar tu propio huerto.

- Suena genial, gracias.

Él sonrió y se sentó a mi lado.

- Eres preciosa. - Susurró mientras acariciaba mi mejilla. 

Le quise responder pero me interrumpió posando torpemente sus labios sobre los míos.

Fue un beso bastante soso a decir verdad. Nos limitamos a mover las bocas y poco más. 

A penas duró un par de segundos y chocamos tres veces los dientes.

- Lo siento, yo... Realmente quería besarte. - Se sonrojó. - Ha sido mi primer beso. - Informó.

- Está bien. Me ha gustado. - Mentí para no herirle. Él no tenía experiencia, pero yo le podía enseñar. 

O le podría decir a Kay que le enseñara.

Reí por mis pensamientos y él alzó una ceja.

- No me hagas caso.

Rio y volvió a juntar nuestros labios en otro beso torpe.

- Me gusta besarte. - Murmuró con su rostro aún cerca mía. - ¿Ha sido también tu primer beso?

- Más o menos.

- ¿Cómo?

- Bueno, técnicamente el otro día también nos besamos. Cuando me fuiste a dejar a casa.

Y también he estado practicando con Kay.

Él sonrió. - Es verdad. Y justo después me cerraste la puerta en la cara. - Se burló con gracia.

The Walking Dead - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora