26. Kelly II

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- Yo... no sé. - De forma nerviosa paseé mi vista por alrededor nuestra comprobando que nadie nos estaba viendo.

- Es fácil, di sí o no.

- Pero Henry...

- No tiene por qué saberlo. Además, no es como si estuvierais juntos, ¿no?

Lo medité durante unos segundos. Tenía razón, Henry y yo no éramos nada aún. Y solo íbamos a practicar cómo besarnos, no había nada malo en ello.

- Está bien. - Indecisa me acerqué dispuesta a llevar a cabo el beso pero él retrocedió un paso y rio.

- Aquí no. Yo te diré cuándo y dónde.

Y tras guiñarme un ojo me dejó sola.


***


- ¡Yo no voy! - Gritó mi adorable hermana desde el sofá inmediatamente después de que el timbre sonara.

Rodé los ojos y con pesadez  me levanté para ir yo. Al pasar cerca de la ventana desde la que se veía la entrada de mi casa me entró el pánico y me quedé parada el el sitio.

Era Henry.

¿Vendría para hablar del "beso"?

Aunque quizás solo estaba siendo dramática y buscaba a mi madre.

- ¿________? - Se oyó que dijo, y volvió a tocar el timbre.

Vale sí, venía a por mí. 

Con rapidez me escondí en un punto ciego.

- ¿Qué haces? - Preguntó Judith.

Le ignoré.

Aún no había besado al muchacho nuevo, no podía arriesgarme a que Henry se lanzara.

El cristal de la ventana de mi lado fue ligueramente golpeado llamándonos la atención a ambas.

- ¿Está tu hermana? - Preguntó a Judith.

Ella me miró interrogante y yo le gesticulé un "no" mientras negaba efusivamente con mi cabeza.

- Está fuera.

- ¿Y sabes cuándo va a volver?

Ella me volvió a mirar y yo me encogí de hombros.

- Ni idea, pero ya sabes cómo es ella.

- Está bien. ¿Le dirás que he venido y quiero verla?

- Sin problema.

En cuanto el chico se fue la mirada de mi hermana volvió a mí y yo lo tomé como una señal para huir.

- Me marcho. ¡Muchas gracias!

- ¡________! ¡Tienes muchas cosas que explicar!

Sentí sus pasos detrás y corrí hasta la puerta de la cocina. No paré hasta alejarme unas casas.

Tenía que buscar al chico, del cual por cierto aún no sabía el nombre, y resolver todo esto cuanto antes.

No podía esconderme eternamente de Henry.

Correteé escondiéndome entre paredes y árboles para que mi futuro marid.., digo, Henry no me viera y después de unas cuadras vi a la hermana del chico.

- ¡Hola! - Saludé muriéndome de nervios por dentro. - ¿Por casualidad sabes dónde está tu hermano?

Ella me sonrió de forma incómoda y se señaló la oreja.

Cerré los ojos ante lo despistada que era. Tenía tantas ganas de acabar con el asunto del beso que había olvidado que era sorda.

- ¿Tú... - Vocalicé exageradamente mientras le señalaba a ella y luego a mis ojos. - ...has visto a... - Hice una pausa al no saber cómo gesticular el resto, así que le volví a señalar a ella y luego hice un gesto de "pequeño" con los dedos. - ... tu hermano?

- Es sorda, no idiota. - La persona que más deseaba ver ahora mismo apareció. - Se lo podrías haber escrito, por mucho que chilles no te va a oír.

Miré con arrepentimiento a la chica, esperaba que no se lo hubiera tomado como una burla hacia ella.

- ¿Le puedes decir que lo siento? - Volví la mirada al chico y el rodó los ojos pero empezó a signar con su hermana.

Poco después la chica se despidió alegremente con la mano y nos dejó solos.

- ¿Y para qué querías saber dónde estaba? ¿Acaso no puedes vivir sin mí o qué? - Se burló.

Bufé ante su repentina prepotencia. - Hace tres días hicimos un trato y aún sigo esperando. - Hizo un gesto como para que continuara explicándome. - Ya sabes... el beso...

- Ahhh... eso... Es que ahora justo no puedo.

- Mira idiota... - Alzó las cejas.

- Te recuerdo que el favor te lo voy a hacer yo a ti, igual quieres usar otras palabras para hablarme.

Rodé los ojos ante su pedantería. - Llevo tres días huyendo de Henry, no lo voy a poder evitar más. 

- ¿Y a mí me importa porque..?

- Prometiste ayudarme.

Suspiró con pesadez. - Está bien.

- ¡Genial! - Celebré dándole un corto abrazo en el que él permaneció estático. - ¿Está tu casa sola?

- Vaya ________, creía que solo querías que te enseñara a besar, no a...

- ¡No! - Interrumpí avergonzada. - Me refería a... No quiero que nadie nos vea, sería aún más humillante de lo que ya es.

- ¿Besarme es humillante? - Preguntó brusco.

- Pedir que me enseñen a besar lo es, así que espero que no se lo cuentes jamás a nadie. ¡Júralo!

Rodó los ojos. - Lo juro.

-Ahora tienes que hacer como que cierras tu boca con llave y la tiras. - Me miró como si estuviera loca pero me hizo caso. - Ahora con tus manos.

- ¿Qué?

- Tampoco se lo puedes signar a tu hermana.

- No entiendo en qué momento... - Murmuró para sí mismo. - Está bien, ya está. ¿Feliz?

- ¡Mucho! Aunque lo estaré más cuando nos besemos. ¡En marcha!

Él se quedó parado unos segundos pero al poco me alcanzó.

- En mi casa no nos molestarán. Magna y Yumiko salieron ayer a por suministros y Luke y mi hermana tardarán en volver.

- Genial. - Contesté sin saber qué más añadir.

Permanecimos en un incómodo silencio hasta que llegamos.

- ¿Quieres agua o leche? 

- Así estoy bien, gracias. - Se quedó en silencio. - Bueenoo... ¿Vamos al sofá o a tu habitación?

Su piel era bastante oscura, pero casi podía jurar que se había sonrojado. 

- El sofá mejor, así oiremos si alguien viene.

Asentí y me senté en él.

Con paso lento me imitó y volvimos a quedar en un incómodo silencio.

- ¿Y qué tengo que hacer?

- Siéntate encima mía, poniendo tus piernas a cada lado de mí. Estaremos más cómodamente.

Sonrojada le hice caso. La falda que llevaba se alzó un poco al colocarme en esa posición, pero él lo notó y bajó los bordes para que volviera a cubrirme la piel.

- Bien. - Hizo una pausa para tragar saliva. - Apoya tus manos en mis hombros. - Le hice caso y él colocó las suyas en mi cintura. - Ahora relájate.

Cerró los ojos y vi su cara acercarse a la mía.

Iba a pasar, pero antes necesitaba saber una cosa.

The Walking Dead - One ShotsWhere stories live. Discover now