Iᑕᗴ ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 17

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Jeon tenía razón. Una húmeda y pesada nieve bajaba por la
cara de la montaña. Dado que el suelo ya estaba cubierto a causa de las
tormentas previas, la nieve se acumuló rápidamente.

La vi amontonarse sobre los troncos de los árboles y hundir las ramas bajo su peso. Nadie estaba subiendo la montaña ahora. Ni la policía, ni mi padre.

Estábamos por nuestra cuenta. Y no podía pensar en nada más
aterrador.

Teníamos que huir del mal tiempo. No conocía ninguna cabaña cercana, lo cual dejaba encontrar como refugio un árbol caído o una cueva.

Mientras avanzábamos trabajosamente, jeon se quitó su gorro de lana y me lo entregó. Había sospechado y resentido sus pequeños gestos de bondad a lo largo del último día y medio, pero esta vez tomé el
gorro con gratitud.

Mis calcetines estaban húmedos desde antes y mis
dientes comenzaban a castañear. Estaba dispuesta a arriesgar mi
orgullo por cualquier calor que pudiese rescatar.

-T/N: Gracias —dije.

Él asintió, tenía los labios azules. Su cabello corto relucía por la
nieve. Sabía que debería devolverle el gorro, pero también estaba
congelándome. Así que desvié la mirada y fingí no notarlo.

Lo más inteligente habría sido consultar el mapa de Yoongi. Éste
mostraría el refugio más cercano. Pero no sabía cómo mirarlo sin
permitir que Jeon lo viera también.

Si él supiera sobre el mapa, no me
necesitaría. Podría tomarlo y entonces cada uno estaría por su cuenta.

Además, si el mapa se mojaba, la tinta probablemente se correría. Peor
aún, el papel podía rasgarse o desintegrarse.

Caminamos por un largo tiempo, cada paso lento y cauteloso,
asegurándonos de que no había ningún escombro escondiéndose bajo la nieve antes de recargar nuestro peso por completo. Las nubes de
tormenta tapaban la luna, por lo que estaba más oscuro que nunca,
incluso con las linternas.

Los dedos de mis pies se entumecieron con el frío. Aun cuando apreté la mandíbula, no pude evitar que mis dientes castañaran.

Entorné los ojos debido a las ráfagas árticas de viento, enfocándome en las botas de Jeon al frente. Cada vez que él daba un paso, me obligaba a mí misma a hacerlo igual.

Su altura y sus anchos hombros bloqueaban lo peor del viento, pero éste me encontraba,
infiltrándose por mi abrigo y lamiendo la nieve sobre mi piel.

Pronto, mi cerebro dejó de funcionar y concentré mi energía en simplemente seguir adelante.

Y entonces mis pensamientos se dirigieron hacia donde siempre lo
hacían. A YOONGI.

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                               ~Iᑕᗴ~

~❄︎ ICE ❄︎~ // Imagina Con BTS Where stories live. Discover now