Iᑕᗴ ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 10

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El cuerpo en la caja de herramientas aún rondaba mis pensamientos cuando la última nieve cayó. Me acurruqué en el suelo, tratando de conciliar el sueño para así poder olvidar lo fría que estaba, cuando Jimin abrió la puerta del cuarto de almacenamiento. La oscuridad en la habitación era tan completa que el rayo de luz que entró por la puerta pareció perforar mis ojos.


-Jimin: Levántate. Nos vamos.
Estaba en ese atontado lugar intermedio, atrapada a medio
camino entre el sueño y la vigilia. Apretó su bota en mis costillas, y me
senté de golpe.

-T/N: ¿Dónde está Jeon? —Pregunté de forma automática.—

-Jimin: Cogiendo a chae. Se reunirán con nosotros afuera. —Dejó caer mi abrigo y un gran envoltorio a mis pies—. Ata esto encima.


Traté de mantener la desesperación fuera de mi rostro. Él estaba
trayendo a chae. Había tomado un gran riesgo en mentir sobre la
insulina, pero no había sido suficiente para convencer a Jimin de
dejarla atrás. Tenía que aceptar que ella no iba en busca de ayuda.
Nadie nos encontraría ahora. Sentí la pesadilla levantándose sobre mi
cabeza.
Después de vestirme con mi ropa de abrigo, alcé la mochila sobre
mis hombros, el peso de la misma sacudiendo mi centro de equilibrio.
Me alegré de que hubiera practicado el cargar mi mochila por meses,
aumentando gradualmente el peso cada vez. Había tenido que
encontrar una manera de deslizar unos pocos de los suministros de
Chae en mi mochila. De lo contrario, estaba segura de que jamás habría durado ya que no había entrenado conmigo, ya que había estado
contando con Jin para llevar el equipo pesado.


-Jimin: Tienes dos sacos de dormir, colchonetas de tierra, papel
higiénico, y un par de mudas de ropa que Koo agarró del petate en tu
auto —dijo Jimin—. Koo y yo tomamos las barras de granola de tu
auto, el agua, el iniciador de fuego, linternas, cantimploras, mantas, tu
brújula, y una que Koo ya tenía. —Sus ojos perforaban los míos con efecto amenazador—. Huye, y no durarás mucho tiempo.

-T/N: ¿Qué hora es?

-Jimin: Las tres.


Tres de la mañana. Había dormido poco, entonces. Con suerte, Chae lo había hecho también. Íbamos a necesitar energía para escalar
sobre el terreno árido.

-T/N: Tengo que ir al baño.

-Jimin: Que sea rápido.


En el cuarto de baño, revisé el mapa de Yoongi una vez más. Cerré
los ojos, dejando que los puntos de referencia se hundieran profundos.
Entonces doblé el mapa y lo guardé, dentro de mi camiseta, apretado
contra mi corazón, donde lo sentiría conmigo. Envolví mi bufanda roja
alrededor de la cabeza, improvisando una especie de máscara de esquí
con ella. Cuando la suave tela frotó mi mejilla, pensé en mi padre, quien
me había dado la bufanda. Traté de recordar si lo había abrazado con
fuerza, haciéndolo durar, antes de que dijera adiós.

Jimin y yo caminamos afuera en la oscuridad. La nieve llegó a la
parte superior de mis botas, y los árboles circundantes lucían como si
hubieran sido pintados con hielo. El viento había cesado y la luna llena
estaba fuera, echando misteriosa luz y humo azul sobre la nieve reluciente. Podía oír el crujido de ella a cada paso; la capa superior estaba congelada, pero debajo de eso mis botas se hundieron fácilmente
en la arenilla.
Mi respiración se nubló cuando hablé.


-T/N: ¿Dónde están Jeon y Chae?

-Jimin: Tuvieron una ventaja. Los alcanzaremos.

-T/N: ¿Ellos conocen el camino a la carretera? —Pregunté, perpleja.
Pensé que era la razón por la que Jeon y Jimin me necesitaban.

-Jimin: Estamos probando las brújulas. Sólo sígueme.


Jimin acunó una brújula en la palma de su mano, pero algo no estaba bien. ¿Probando brújulas? ¿Separados unos de otros? Con el ceño fruncido, dije:

~❄︎ ICE ❄︎~ // Imagina Con BTS Where stories live. Discover now