Capítulo 12

1K 137 8
                                    

Se dio la vuelta en cuanto me reconoció. Seguramente pensaría que venía intencionadamente a hablar con él y que este encuentro no había sido una mera coincidencia.

-Buenos días. -Saludé, ignorando completamente el hecho de que se sentía incómodo con mi sola presencia.

Respondió un par de segundos después, sin girarse.

-Cassandra, lárgate de aquí.

Alcé las palmas de las manos en señal de rendición.

-Tranquilo, solo venía a por un equipo de maniobras.

Rápidamente se acercó al perchero de la pared, descolgó el arnés del primer equipo de maniobras que le quedaba más cerca y me lo tiró a los pies.

-Ahí lo tienes, ya sabes dónde están el resto de cosas. No cojas las cuchillas de la mesa del fondo, están sin afilar. Ahora, por favor, sal de aquí.

De nuevo, ha vuelto a tirarme algo al suelo para tener que agazaparme delante suya a recogerlo, como si fuera una maldita esclava. ¿Con qué intención? ¿con la de recordarme que soy inferior a él?

-Estoy siendo amable contigo -respondí-, ¿podrías tener, al menos, la educación de hacer lo mismo conmigo?

Noté como agachaba la cabeza e inspiraba profundamente antes de girarse y dedicarme la mirada más cruel que yo había tenido la desgracia de ver en mi vida.

-¿Esa es tu forma de afrontar la cuestión? -Le solté.

Porque, por supuesto, no iba a quedarme callada. Noté como la rabia le seguía consumiendo. Estaba tan abrumado y enfadado por la situación que ya no era capaz de gesticular palabra. Continué hablando porque, ahora, me iba a oír a mí.

-Estás actuando hostilmente hacia mí sin ningún tipo de motivo. No he venido a hablar contigo, o por lo menos, no ahora, y tú te has dedicado a tratarme con tu común desprecio hacia el resto de la raza humana.

Se limitó a sentarse en una caja cercana, apoyando sus dedos entrelazados contra su frente, todavía sin mirarme.

-¿Sabes lo que creo, Levi Ackerman? Que no tienes ningún tipo de control sobre tus emociones.

Esa frase le hizo saltar las alarmas. Ignorándole, seguí hablando.

-No sabes gestionar si algo te ha hecho daño, no demuestras compasión ni tratas con amabilidad a ni una sola persona que sí lo hace por ti. ¿Quieres que le pregunte a tus soldados qué es lo que piensan de ti? Quizás te sorprendan sus respuestas.

Se levantó de un salto, dándole una patada llena de rabia a la caja donde estaba sentado. Me apuntó con su dedo índice de forma agresiva pero sin elevar el tono de voz.

-Una sola palabra más y no volverás a prestar servicio en este ejército hasta el día que yo muera.

Sonreí.

-Ese sería el último de mis problemas.

-Cassandra, te lo estoy advirtiendo por última vez, no sigas por ese camino.

-Estás esquivando el problema.

Silencio. Esta vez, sí me miró a los ojos. Aproveché el momento para soltar lo que me tenía preocupada.

-Sabes...sabes que algo nos pasó aquella noche en la enfermería. Lo sabes igual que yo. No sabría cómo describirlo, y estoy segura de que tú tampoco, pero ocurrió... y yo no voy a dejarlo estar sin más.

Su expresión se relajó y se cubrió la cara con ambas manos, apartando su flequillo. Resopló.

-¿Le tienes miedo a los titanes, Cassie?

No tenía ni idea de a qué venía esa maldita pregunta en un momento como este, pero hice el esfuerzo por responder.

-Es lo que menos me asusta en este mundo, capitán.

-¿Y lo que más?

Ahora era yo la que estaba al borde de perder los nervios.

-No hay nada que consiga darme miedo. -Respondí, firme.

-Qué curioso, a mí sí.

Decidí seguirle el juego sin saber en absoluto qué era lo que pretendía conseguir con aquella conversación.

-¿Y de qué se trata?

Entonces, demostró lo que para mí misma consideré un acto de valentía.

-De ti. De lo que me hiciste sentir aquella noche.

No tuve nada más que decir, y él tampoco. Apartó la vista, recogió su equipo de maniobras.

Salió de la cabaña, dejándome allí, pensando en lo que él me hacía sentir a mí.

𝐈𝐍𝐃𝐎𝐌𝐀𝐁𝐋𝐄 ·ʟᴇᴠɪ x ᴏᴄ·Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt