Entre el amor y el deber

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-          Y… - Celia no sabía cómo preguntar – ¿que es lo tuyo? – Cerro los ojos, era terrible es eso -

Bueno digamos que el alcohol y las drogas ocupan más espacio en mi mente que cualquier otra necesidad, si he tenido un par de chicas por allí pero nada duradero – Celia suspiró, no porque tuviese algo contra los homosexuales, de hecho en su mundo había logrado comprender que eran seres humanos, quizás con más inseguridades y desafíos por vivir a su manera pero seguían siendo seres humanos, sin embargo no imaginaba a su hermano en ese situación pues de seguro no sería producto de su propia iniciativa sino más bien producto de abusos, ella lo había conocido de niño, aun de adolescente y si esas hubiesen sido sus maneras lo habría sabido.

-          Huele muy bien – Celia se volteo nuevamente pero esta vez para recibí un beso, que agradeció fuera en la mejilla pues estaban frente a su hermano.

Sin perder tiempo se sentaron y Celia disfrutó de ver como Adrián y John hacían el esfuerzo por mantener una conversación, su hermano, parecía más dócil, o por lo menos le agradecía que continuara el tema aun y cuando seguí llamándolo sifrino, pero no podía pedir mucho.

-          ¿Te gustaría salir a algún lado? – Celia negó sin poder evitar sentirse un poco abatida por ello, se suponía que en una relación normal, con una chica normal deberían estar disfrutando de su vida juntos, pero no, con ella siempre vendrían todo tipo de problemas, solo esperaba que John no se cansara demasiado pronto de todo eso.

-          No me gustaría dejar a Adrián solo – John asintió.

-          Tienes razón ¿que te ha dicho cuando han hablado?

-          Le he ofrecido vivir conmigo – Celia hizo una pausa apropósito para sopesar las expresiones de John, pero solo lo vio poner más atención a sus palabras – y también enviarlo a una clínica de desintoxicación.

-          Me parece muy buena idea, creo que podemos arreglarnos aquí mientras compramos algo más grande, podría trasladar algunas cosas del despacho a nuestra habitación para ofrecerle más privacidad ¿cuando piensas enviarlo a la clínica?

-          Me ha dicho que se lo pensaría.

-          Yo sé que es tu hermano y no debería meterme, pero sabes que en este mundo uno crece con muchos chicos que pierden un poco el enfoque y terminan enrollados en algún problema como en el caso de tu hermano, y les han enviado a estas clínicas y no siempre han logrado superarlo permanentemente.

-          Oh – Celia lo miró curiosa.

-          Sí, creo que eso de ir a un sitio donde hay muchas personas que están pasando lo mismo que tú te da la oportunidad positiva y una negativa, es positivo si aprovechas para cambiar tu vida, pero en muchas ocasiones las personas de allí comparten algunas ideas, secretos y esas cosas para perfeccionar su adicción, no sé si me entiendes. – Celia reflexionó en sus palabras, si no tenía esa opción ¿cual le quedaba? – me tome el atrevimiento de preguntarle a un amigo que superó sus adicciones con un tratamiento, no supe los detalles en su momento pero él me va a mandar la información del programa, quieres echarle un vistazo – Celia asintió más animada.

-          Bueno en todo caso Adrián tendría la última palabra pero he sentido que la idea de la clínica no le gusta mucho – El móvil de John comenzó a sonar y este atendió con rapidez.

-          Cuénteme Gómez – Escuchó unos segundos y luego frunció el ceño – ¿podríamos pedir por lo menos una orden de alejamiento? – Se llevó las manos a la cabeza, luego miró a Celia mientras escuchaba – no de eso ni hablar – la acercó a él y la invito a sentarse en su regazo, Celia lo hizo y enrolló sus brazos en su cintura al tiempo que descansaba la cabeza en su pecho – ok, pero si hay aunque sea la mínima posibilidad de que quede detenido olvide esa opción – Celia sabía que estaban hablando de Adrián – está bien Gómez, esperare su llamada.

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