—Creían que estaba muerta porque eso les hicieron creer, pero en realidad estaba secuestrada—contó—, pasé años encerrada en una maldita celda como si fuera un animal salvaje—hizo una pausa y ví como sus ojos se llenaban de lágrimas.

—¿Quién te secuestro por tantos años?—preguntó Abel odiando la respuesta aunque  todavía no se la hayan dado.

—La misma persona que mató a tu padre—al decir eso Aamon me dedicó una mirada y no supe cómo representarla yo me estremecí—, él sabía que ustedes de alguna forma me querían y quería tomar eso para destrozarlos pero al ver que ustedes no hicieron nada por recuperarme me olvidó, me dejo ahí encerrada cuando ya no me necesitaba. Después pasaron los años, cuando por fin creía que iban a liberarme e iba a ser libre de nuevo me equivoqué, otra persona llegó hasta mi celda y me llevó con él, creía que era importante en algún momento y por eso decidió llevarme, al ver que no era nadie me encerró como lo había hecho el asesino de tu padre solo que en una celda más fea y chica, todo fue un maldito infierno. Nisiquiera podía ver a la persona siempre llevaba una maldita máscara y la voz robotizada.

«El enmascarado» pensé de pronto.

—¿Y qué tiene que ver Tess aquí?—pregunte al ver que no proseguía mientras ella se limpiaba las lágrimas que le habían salido al recordar y contar su trágica historia.

—A eso voy. Estaba apunto de rendirme, ya no quería seguir encerrada como una prisionera, mis esperanzas por ser rescatada eran muy bajas y había soportado muchos años ya, solo quería descansar—traga—, entonces como si fuera un milagro, como si dios hubiera mandado un ángel a rescatarme aparece Tess, ella y yo habíamos sido amigas, habíamos tenido algunos problemas pero en ese momento solo podía pensar en que iba a rescatarme y así lo hizo sacándome de ese lugar sin ningún problema.

—¿Sin ningún problema? ¿No hubo nadie que impidiera eso?—preguntó Adriel frunciendo el ceño.

—No, no había nadie mientras ella me sacaba de ese horrible lugar.

Yo solo podía escuchar atenta tratando de armar todo en mi cabeza.

—¿Qué dijo ella después de que te salvará?

—Me dió un teléfono para que estuviéramos comunicadas, me dijo que siempre me apoyaría y me dió una copia de las llaves de la mansión para cuando estuviera lista de verlos, se portó amable y le agradecí por eso.

—¿Y luego? ¿Cuánto tiempo han estando hablando?—volvió a hacer una pregunta el rubio.

—He hablado con ella desde que salí de ese lugar, desde que estoy en la mansión.

—¿Qué le has dicho exactamente?—ordenó Aamon.

—Me dijo que siempre le contará las novedades de la mansión para que no se perdiera de nada mientras ella estaba de viaje. Le dije lo pésimo que habían tratado a Lilith cuando yo apenas regresé. También le dije cuando Lilith se fue de la casa por ese mismo problema y...

—Cállate—le exigí y todas voltearon a verme—, cállate que tú fuiste la causante de todo el maldito problema.

—No entiendo—negó con la cabeza.

—Porque eres estúpida, ¿Qué no te das cuenta? ¡Le has estado dando información a ella sobre nosotros!

—¿Y eso que tiene de malo?—estaba confundida.

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