Capítulo 1

98.3K 4.8K 5.2K
                                    

Capítulo 1

[Bella como un ángel y cruel como un diablo]

LILITH

Las calles de Fordel se encontraban vacías a estás horas de la madrugada. Nadie rondaba por ahí. El único ruido que escuchaba era la de la brisa y las zancadas de mis pisadas. Yo era la única que caminaba sola sin ideas en mi cabeza, no sabía a donde ir ni mucho menos donde pasar la noche.

Había tenido la increíble idea de caminar hasta este pueblo lejano llamado Fordel, mi mente se propuso en venir hasta acá porque así estaría a salvo de todos, o eso pensaba. Lo que no medí serían las consecuencias de caminar por tantas horas sin dinero, ni comida, y sin ideas de lo que haría con mi vida de ahora en adelante, pero algo se me tenía que ocurrir, solo esperaba que mi cerebro pensará rápido en planes antes de tiempo.

Pero veamos el lado bueno de las cosas, ahora era libre, aun que sonará absurdo, me emocionaba la idea de caminar por las calles sola sin personas que estén ordenándome o controlándome con todo lo que tengo que hacer día a día. Ahora era yo, solo yo y lo que tenía que hacer.

Como había mencionado ya, llevaba horas caminando sin destino alguno y por inercia paré mis pasos cuando ya no podía seguir caminando más. Me detuve en una calle abandonada como todas las demás a descansar un poco. Mis pies me dolían y mis dedos punzaban con querer salir de mis zapatos para tomar un poco de aire fresco. Mi respiración era dificultosa llevándome al grado de dolerme hasta el pecho por tener la respiración tan inestable como ahora. Mi corazón latía a un alto grado de velocidad que estaba segura que si no me hubiese detenido iba a salirse de su lugar. Estaba tan cansada, nunca había caminado tanto hasta sentir que iba a morirme en cualquier momento. Justo en estos instantes deseaba una cómoda cama donde poder dormir un buen rato y olvidarme de todo lo demás.

Definitivamente necesitaba un plan o terminaría muerta antes de lo debido.

Algo me llamó la atención después de un rato descansando. Por primera vez en todo el pueblo pude escuchar un nuevo sonido que no fuera la brisa ni mis pisadas, está vez era música que venía de un lugar a lo lejos. Dirigí mi vista a ese punto encontrándome un bar. Personas salían y entraban de allí y fue en ese entonces que mi mente se puso en marcha armando ideas que podrían resultar útiles para no morir.

Me puse de pie ya que anteriormente me había sentado en la fría carretera y suspirando empecé a caminar en dirección al lugar porque ya tenía una idea.

Le daba gracias internamente a mi cerebro por construir ideas tan sencillas para poder sobrevivir lo antes posible.

Después de unos minutos, no muchos, llegué al lugar con la intención de ingresar sin ningún problema, pero claro, a mí siempre me sale mal todo, porque antes de que pudiera hacer aquel intento sentí como alguien me tomó del brazo alejándome de la entrada impidiendo que ingresará al bar.

Volteé a ver a la persona que había hecho tal acto y mi vista se encontró con un grande señor que ahora me miraba con cara de pocos amigos, para joderla parecía un puto verdugo.

Le sonreí amablemente al hombre que todavía me seguía mirando de la misma manera, pero él ni siquiera se inmutó ante mi adorable sonrisa. Había dejado mi puto orgullo para sonreírle y él solo se enfocó en mirarme como si fuera la cosa más insignificante que habían visto sus ojos.

INFIERNO PERFECTO © ✓ Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu