38: Listo es mi quinto nombre

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Alejandra

¿Recuerdan esos momentos donde tu corazón late rápidamente y tu estomago se encoge como si fuese un frijol? Bueno, este es uno de esos momentos.

Mi corazón se encoge con el final de la película de Violet y Flinch. No volveré a ver este tipo de películas.

Siempre digo eso y termino viéndome las películas con los mejores finales tristes de toda la historia.

No logro entender cómo pueden soportar matar al protagonista. Mi celular vibra con un mensaje de mi mejor amiga.

Loren: Me quiero tirar de un puente.

Yo: ¿Nos tiramos juntas?"

Reprimo una sonrisa. Loren ama que le responda con la misma miseria.

Loren: Por esto te elegí como mi mejor amiga, eres perfecta para mi frio corazón.

Yo: Aduladora.

Loren: Es mi encanto natural. Por cierto, tengo que contarte algo.

Yo: Cuéntame.

Loren: Es mejor en persona

Ruedo los ojos en disgusto, a ella le encanta el drama y hacerme esperar.

Yo: Nos vemos mañana en la empresa.

Ella no responde entonces envió otro mensaje.

Yo: ¿Vienes a casa?

Loren: Lo dudo, entonces mejor nos vemos mañana, te amo.

Yo: Te amo.

Envió el emoji de un sapo que deja que le caiga un chorro de agua y sé que cada vez que ella lo ve se asquea por completo.

Los preparativos de mi boda marchaban perfectamente, pero trate de que no me afectara el poco tiempo que quedaba.

¿Nerviosa? Si. Pero insegura jamás.

No soy el tipo de chica que se acobarda después de decir que si o tomar una decisión.

Zoe me había llamado ayer para decirme que era una mala cuñada por casarme cuando recién ella se marchaba. Llevaba tres días fuera del país y ya estaba pensando en la forma de volver solo para asistir a la boda.

Hoy iba con Flor a la empresa, la invite a pasar el día conmigo.

La sonrisa de la pequeña mientras subíamos el ascensor era de maravilla.

— ¿Sabías que tenemos un parque y piscina en el último piso?—le brillaron los ojos.

— ¿Me llevas?—sonreí.

—Las ordenes de la princesa serán cumplidas—le acomodeo su gorrito de color lila.

—Las princesas suelen tener cabello—me miro ahora triste y mi corazón se encogió—. ¿Puedo ser una princesa sin tener cabello?

—Mi cielo. Tu cabello crecerá hermoso y radiante, no dejes que te afecte. Y si, puedes ser una princesa. No, no es cierto—Le acaricio su pómulo—. Eres una Reina, mi Reina.

Ella me abrazo fuerte y sentí como mis ganas de decirle que la amaba aumentaban, claro que quería ser su mama. Era un deseo que había crecido en mí con el pasar de los días, no porque me vaya a casar con su padre, sino porque ella se ha vuelto tan importante para mí que es difícil no desear formar parte de su vida.

La llevo a comer hamburguesas y jugo de fresa cuando acabamos el recorrido.

Al llegar a casa ella está profundamente dormida. Subo el ascensor con ella en brazos acariciando su espalda en un vaivén, me siento feliz de que ella me quiera. Toco el timbre del departamento de Juan José y el abre la puerta en segundos.

Me sonríe cuando ve que somos nosotras.

—Por aquí, Alejandra—mi chico me guía a una habitación grande con paredes de color lila y muchos juguetes y peluches a su alrededor.

En el medio de la habitación está la gran cama estilo princesa. La dejo suavemente sobre la cama quitando su gorrito para dejar a la vista su cabeza con un pequeño rastro de rebeldes cabellos que han comenzado a salir. Veo a Juan traer una manta color azul y cubrirla con ella. Flor abraza un pequeño unicornio que hay junto a ella.

Cierro la puerta lentamente cuando apago las luces y Juan me observa a un metro de distancia mientras esta recostado en la pared del pasillo.

—Te vez sexy de mujer responsable—me dice cuando me acerco y le acaricio el torso por sobre la camisa.

—Cambia mujer por madre—lamo mis labios nerviosa—. Si, Madre responsable me gusta mucho más.

El abrió la boca sorprendido. Frunció sus cejas y bajo la mirada.

—No quiero que te sientas presionada.

— ¿Presionada?

—Si.

—Juan—busco sus ojos—. No hay nada en el mundo que me haga más feliz que ser parte de la vida de Flor. Y en ella estas tú para mejorar todo.

Baja la mirada.

—Gracias.

— ¿Por qué?—cuestiono.

—Por ser tú. Solo con que seas tú es más que suficiente.

Nunca me había sentido tan bien con alguien y estoy segura que eso era todo lo que necesitaba, ¿Qué más se necesita para ser feliz?

Lo abrace. Nos besamos durante un rato.

— ¿Te quedarías a dormir?

—Si—lo abrazo—. Si a todo menos al divorcio.

—Aun no estamos casados, Preciosa.

—No te preocupes ya te tengo más amarrado.

—Eso sonó terrible—me acaricia el cuello con la nariz—. Pero brujería o no aun así me hubiera enamorado de ti.

—Lose, soy irresistible—me encojo de hombros.

—Al final un poco de mí se quedó en ti.

—Si. Tu ego.

—Pero si soy muy guapo.

—Lo eres. Claro que eres el hombre más guapo—lo alago sin dejar de mirar sus labios.

—Y tú la mujer más maravillosa de todas—me besa la frente y suelto un suspiro.

— ¿Estás listo para convertirte en mi esposo? —meto por debajo de su camisa mi mano acariciándolo.

—Listo es mi quinto nombre—bromea—. ¿Estas lista para ser la esposa de Juan José López?

—Lista es mi quinto nombre.

El Reencuentro ✔️ [YA EN FISICO]Where stories live. Discover now