3: Soy el tipo de chico de todas.

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Soy el tipo de chico de todas

Alejandra

La escuela iba bien, me faltaba tan poco para terminarla y sinceramente el tiempo se me estaba pasando rápido, hace dos días me había quitado la venda y mi muñeca estaba como nueva. Mi abuela seguía insistiendo en que continuara usando la pomada caliente y le seguí el consejo, me sentía mucho más liviana cuando la usaba.

Termine de desayunar y me levante de golpe de la mesa.

Ya es tarde.

—Buenos días, abuelito bonito precioso.

El me miro entre ojos para saludar inseguro

—Buenos días mi niña.

—¿Podrías llevarme a la escuela hoy? Voy un poco tarde y no quiero correr.

—Dudo que pueda llevarte hoy.

—¿Por qué? —hago un puchero.

—El auto está en el mecánico desde ayer en la noche por un problema con los frenos, me lo entregan hasta mañana.

—Está bien, no te preocupes. Me iré a pie no queda tan lejos después de todo.

Me despedí de el con un enorme beso en la cabeza y salí de casa.

Caminar ya no era tan malo después de todo, es una linda mañana un par de calles en donde el semáforo es una tortura y los autos tampoco colaboran. Finalmente el semáforo Se pone en rojo y puedo pasar pero aun así siento que ya voy tarde.

Suspiro mientras vuelvo a mirar mi reloj. Debí levantarme una hora antes pero como no había podido dormir, conciliar el sueño durante unos minutos mas para mi fueron la gloria

La bocina de un auto me hace sobre saltar y con solo observar el auto ya se perfectamente de quien es.

— ¿Te llevo? —esa voz.

Juan.

—No esta tan lejos y puedo caminar—respondí rápido.

Frunció el ceño y me dijo subiendo el tono de voz:

—Sube, tu abuelo me dijo que estabas caminando sola, es peligroso para una niña de tu edad—ordeno como si fuese mi padre.

Solo son dos años de diferencia.

Asentí y haciendo mala cara —mi especialidad— e intente abrir la puerta trasera del auto pero esta no cedió.

—Alejandra, sube adelante junto conmigo.

Justo ahora me tenían que comenzar a sudar las manos. Los nervios sin poder evitarlo me han consumido el cuerpo estos días cuando pienso un poco en él, yo sé que él también sabe que me pone nerviosa y se me olvida que decir.

Me golpeo mentalmente al recordar una rubia de ojos verdes que sin duda alguna es su novia formal y que aun sin saber por qué me molesta sin razón.

—Pasaremos primero a la escuela de Zoe que está más cerca y de allí te llevo a la tuya ¿Está bien?

Asentí con una sonrisa de boca cerrada. Salude a Zoe que iba sentada atrás mirando por la ventana. Pasamos a la escuela de Zoe y ella se despidió de mí susurrándome un "Suerte" que me dejo desconcertada y luego se despidió de su hermano para después salir corriendo y entrar.

No hable. No dije absolutamente nada. Pero el sí tenía que cagar el silencio. Aunque me encante su voz, no quería ni mirarlo.

— ¿Nerviosa?

— ¿Qué?

—Si. Me refiero a que, es tu último año. Ya pronto serás una chica de universidad.

Ahora soy una chica y no una niña.

—No lo estoy.

—Y supongo que estas en la misma clase con tu novio.

Me atragante con mi propia saliva.

— ¿Novio? —lo mire horrorizada, ósea no era lo peor del mundo pero de verdad ¿Él me estaba preguntando eso?—. ¿Que?

¿Qué está pasando?

—Alejandra, ¿No somos amigos?—me mira achicando los ojos.

Amigos. Qué bonito suena eso.

—No tengo novio—respondí un poco nerviosa.

Creo que necesitábamos hablar de algo menos raro, y terminamos hablando de si tengo o no novio.

—Eres muy bonita se me hace un poco raro—volvió a mirar al frente.

Dios mío, trágame y escúpeme en Australia.

—Gracias. Aun soy joven.

Paramos en un semáforo y su sonrisa ladeada me erizo la piel. Las manos sobre el volante estaban perfectamente cuidadas y limpias.

— ¿Cuántos años me dijiste que tienes?—preguntó por fin el.

—No te dije—El volvió a mirar al frente y el semáforo estaba en verde de nuevo—. Dieciséis pronto diecisiete.

—Pronto dieciocho.

—Supongo que sí. Pero para entonces no estaré en el país.

— ¿Cómo? Explica eso.

Su semblante se vuelve serio como si hubiese sido una terrible noticia.

—Si. Mi padre quiere que haga la universidad en estados unidos—no miento al decir las palabras con un poco de melancolía—. Fue un trato que hicieron mis padres hace muchos años atrás. Peeero, no lo veas como si me estuvieran obligando, realmente me gustaría estudiar en estados unidos.

—Entiendo. Te voy a extrañar.

¿Qué?

No puedo evitar reírme y el me mira raro.

— ¿Qué?

—Solo llevamos poco de conocernos y ya no quieres que me vaya. Eso sonó raro sobre todo si lo dice alguien que tiene novia—cierro la boca por eso último. Ya morí, me arrepiento.

Ahora Dios si me puede tragar y escupir pero en áfrica.

—Con que por eso estas así de seca conmigo. No lo estés es raro, pareciera que estuvieras celosa.

—Écheme agua entonces—me encojo de hombros—. Y no, no estoy celosa. Ni siquiera eres mi tipo.

—Yo soy el tipo de toda chica—dice orgulloso.

Vaya ego.

—El mío no.

Nos miramos durante varios segundos. ¿Por qué tiene que ser tan guapo? Besarlo sería un pecado, y más porque está saliendo con alguien. Sus ojos se posan en mis labios y no puedo evitar lamerlos.

—Eres muy hermosa—dice.

Blanqueo los ojos.

—No eres mi tipo, Juan José. No pierdas el tiempo.

—No lo tomes a mal, tengo novia—Auch—. Solo decía lo hermosa que eres.

Miro hacia al frente y ya habíamos llegado al portón de mi escuela.

—Es aquí—me bajo—. Gracias por traerme chico ego grande.

— ¿Ego grande? —Bufa—. Solo acepto lo que soy.

—Nos vemos.

El Reencuentro ✔️ [YA EN FISICO]Where stories live. Discover now