28: Mia.

4.7K 285 21
                                    



28

Mía


Juan José

La ropa ya comenzaba a estorbar mientras entrabamos a mi habitación sin dejar de besarnos. Deslice mis manos por su espalda para bajar el cierre que unas horas antes yo mismo puse en ese lugar.

Lo encuentro y con agilidad lo deslizo. Vuelvo a tocar su suave piel y siento como mi cuerpo reaccione. Joder, que bien se siente besarla, tocarla, hacerla mía y saber que he sido el único hombre que la tenido en sus brazos.

Solo tenerla aquí en mi habitación me da ganas de encerrarla y no dejarla salir nunca más. Esta mujer me está volviendo loco, pero no me importa porque sé que ella también está perdidapor el deseo que ambos sentimos.

Ya no es deseo amigo.

Evado mis pensamientos mientras dejo su boca para comenzar a besar y morder su cuello suavemente, el delicioso aroma de esta mujer me deja cegado de placer. Solo quiero sentirla.

Exploro su cuerpo con admiración mientras sigo con los besos mojados en su cuello. Su piel cremosa me hace querer dejarle marcas que quizás al otro día sean obvias.

Su vestido cae al suelo dejándome ver sus hermosos senos ya duros y listos para que mi boca los saboree.

Me meto un pezón a la boca y se le escapa un sonido gemido que va directo a mi entre pierna. Escucharla gemir así es una satisfacción para mí. Bajo por su cuerpo mirando sus pies aun subidos en esos zapatos.

Sus ojos me observan mientras quito delicadamente sus tacones.

Estoy jodido. Terminare rogándole yo, pero por estar dentro de ella.

Alejandra Roldan, la niña la cual me enamore en mi adolescencia se estaba convirtiendo en mi maldita perdición, aunque ahora me gustaba muchísimo mas. Mi socia me estaba haciendo sentir que no todo era físico, que realmente sentir algo profundo y sincero, era maravilloso.

Que, aunque tenía secretos personales y ella los tomara de la mejor manera eso me lleno de una cálida sensación en mi pecho.

No debo de pensar en eso ahora. Mi miembro está al borde de la locura, y si no actuó rápido, con solo verla desnuda sé que terminaría pronto. Esta mujer cada día se pone más preciosa.

—La ropa estorba—lo dice entre jadeos y eso me calienta diez veces más.

Me deshago del traje a la velocidad de la luz. Y en menos de lo que me di cuenta Alejandra estaba recostada en la cama mientras yo estaba sobre ella aun besándonos apasionadamente. Mi miembro estaba listo, ella lo acomodo en su sexo levantando un poco la pelvis para introducirlo pero cuando solo la toque me sentí complacido.

Sinceramente estaba a punto de penetrarla sin compasión como ya lo había hecho. Pero decido contemplarla y besar todo su cuerpo guardando esto.

Con una mordida en su labio inferior me separo de ella y le doy un pequeño beso en su cuello, miro hacia abajo para tomar mi miembro en mis manos y colocarlo en su entrada, con esa misma mano acaricio su necesitado botón de placer y estaba lo suficiente mojada como para recibirme gustosa y sin ningún problema.

Lentamente entro en ella, haciéndola arquear la espalda mientras gime, sé que aún le duele y por eso no pide que me mueva, me concentro en excitarla aún más mientras masajeo sus pechos que me llevan al borde de la locura. Tienen un buen tamaño y su pezón esta tan duro que sé que estoy haciéndolo bien.

El Reencuentro ✔️ [YA EN FISICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora