36: Perdidas que marcan

3.2K 208 22
                                    




36

Pérdidas que marcan

Loren

Murió.

La mujer que me dio la vida y me enseño el significado del amor y todo lo que soy ya no está.

Ya no sufre.

Ya no llora.

Ya no reirá más ante mis ojos.

Ya no está.

Mi madre falleció la mañana de un jueves a las nueve de la mañana.

A veces le pedía mucho por la salud de ella, pero me di cuenta que si pedía por que viviera muchos más tiempo eso solo lo haría peor para todos y más para ella que era la que sufría y sentía ese dolor tan profundo en todo su ser.

Entonces ahí fue cuando entendí que debía dejarla ir, ella ya no era la misma. Era una mujer que poco a poco se fue pagando a causa de una terrible enfermedad. Me siento tan triste que no he salido de su habitación de hospital. Ella sigue tumbada en la cama. Solo lleva unos minutos desde que se fue y ya siento como mi mundo se desmorona.

Entran dos hombres, vienen vestidos con trajes. Se están llevando a mi madre.

No se la lleven.

Las palabras no logran salir de mi boca. Pero de alguna manera logro gritar.

— ¡No se la lleven! No por favor...—rompo en llanto, empujo a uno de los hombres que trata de sacar a mi madre de la habitación—. Ella estará bien... ¡No se la lleven! Es mía...Es mi mamita...

Caigo al suelo cuando uno de los hombres me empuja.

—Vuelves a tocarla y te quedaras sin trabajo—Alejandra entra a la sala y mis lágrimas comienzan a salir sin control—. ¡Fuera de aquí! Ella entregara a su madre cuando esté lista, maldito inepto.

Los hombres sueltan un largo suspiro y se van. Ella se tira al suelo junto a mí y me abraza, yo escondo mi cara en su cuello.

—Se fue... No estará más.

—Ya bonita, eres fuerte. Ella te amaba, estará siempre en ti. Llora, suéltalo todo, aquí está tu hermana y amiga.

Ella me abraza fuerte y yo sollozo repetidas veces. Siento que estos días van a ser los más difíciles.

Veo bajar el ataúd de mi madre lentamente y siento como mi corazón se destroza por completo. Alejandra sigue junto a mí. Sosteniendo mi mano en la suya nunca dejándome sola.

Mi madre siempre me dijo que ella era la amiga indicada. La chica buena que me llevaria por el buen camino y si así fue, ella siempre ha estado conmigo.

—Eres muy fuerte y te admiro por eso. Tu mama siempre estará muy orgullosa de ti.

Vuelvo a abrazarla. No he probado nada de comida los últimos tres días, solo un café que me obligaron a tomar para poder venir con algo de fuerza en mis piernas. Pero no he podido evitar sentir mareos frecuentes.

—Quiero ir a casa—es lo que digo cuando dejo la última rosa roja sobre la tierra que tapa el cuerpo y el cajón de mi madre. Mi mama.

—Claro, vámonos juntas—Comenzamos a caminar hacia el auto.

Mi madre fue una mujer increíble. El amor que ella sentía por mi padre en un principio la condeno a la infelicidad, pero cuando nací, sintió que realmente seria feliz por primera vez.

El Reencuentro ✔️ [YA EN FISICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora