32: El cine

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32

El cine


Alejandra

Días después.

—Sí, definitivamente debes hacerte la indignada—dice mi mejor amiga—. Aunque parte de la culpa también es tuya.

Después de la discusión con Juan el otro día en el restaurante, me he sentido horrible. Aunque asumo parte de mi culpa, no debí seguir viéndome con Lucas, debí dejarle las cosas claras desde un principio.

—Lose. Y ya no me lo recuerdes porque me siento peor.

—Debes hablar con el.

—No—espeto—. No le hablare. No lo hare. No porque no quiera, sino porque me dejo muy claro que no había nada entre nosotros.

Eso quiso decir el. Pero en el fondo siento que él está igual que yo. Con ganas de más del otro, ya sufrí hace muchos años atrás. Creo que ya es hora de que al menos si nos demos una oportunidad, pero una de verdad.

—Orgullosa—puso los ojos en blanco.

—Solo un poco.

— ¿Y si él te busca a ti?—entre cierro los ojos.

—No hablare con el—me tiro sobre mi cama—. Al menos me hare de rogar un poco.

—Eres tan tonta.

Cierro mis parpados imaginando una conversación civilizada con mi socio sobre el tema, pero me quedo sin imaginación.

—Lo soy, pero aquí estas y me quieres—Le tiro la almohada.

—Por desgracia si—me la devuelve.

Me levanto de golpe de la cama.

— ¿Qué sucede?—Loren se levanta conmigo.

—Se me había olvidado que debo hablar con Owen.

Camino hacia mi armario buscando unos zapatos para correr. Veo a Loren pararse frente a la ventana.

—Oh—se levantó para ir hacia la ventana—. No puede ser...

La mire inexpresiva esperando a que dijera algo.

—¿Qué pasa?

—J...Ju...

—Ju. Ju ¿Qué?

— ¡Míralo por ti misma!

Me acerco a la ventana y siento que palidezco. Juan José está bajando de su auto junto con Flor... Su hija.

—Oh.

— ¡¿Oh?!—Loren reacciona—. ¿De qué me perdí? ¿Conoces la nena?

—Si.

Dejo de mirar por la ventana para dirigirme nuevamente al armario y sacar unos jeans azules y una camisa blanca elegante.

— ¿A dónde vas, Alejandra?

—Iré a hablar con Owen, a su casa. No me responde el teléfono y me han llamado dos veces de la universidad.

—Pero debes hablar primero con Juan—hago una mueca—. Debes hacerlo.

—Lo hare—ella sonrió—. Pero aún no.

— ¡Que terca!—se tiró a la cama sobándose la cien.

—Déjame.

—Como quieras.

El Reencuentro ✔️ [YA EN FISICO]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon