El Reencuentro ✔️ [YA EN FISICO]

38: Listo es mi quinto nombre

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Listo es mi quinto nombre

Loren

Mis nervios aumentaban cada que el elevador subía un piso más. Decirle a Angel que iba a ser Padre era tarea complicada. Si, por su pasado tengo miedo a su reacción, tengo miedo a que no quiera esto y me siento culpable, no sé qué sucedió, nos hemos cuidado y aun así mi prueba de sangre también salió positiva

Tranquila, todo ira bien.

Me auto animo sabiendo que en cualquier momento puedo colapsar.

El ascensor se detiene y se abre dejándome ver la perfecta imagen de mi Tarzan de cabello rubio.

—Barbie—me abraza—. Mi secretaria me dijo que venias subiendo el ascensor y me asuste, recordé que odias los espacios cerrados. No quería que te asustaras o estresaras.

—Angel...—me lo quedo mirando y sus cejas se arrugan—. ¿Te he dicho que eres tierno preocupado?—le di un beso en los labios y el me tomo de la cintura para profundizarlo.

—Odio que me llames Angel—se separó y comenzó a caminar hacia su oficina sin antes sostenerme la puerta para que yo pudiera entrar.

—Pero así te llamas, Angel—me acerco a besarlo después de cerrar la puerta.

—Para ti soy todo menos solo, Angel—hace mala cara.

—Entonces te puedo llamar mi macho, Tarzan, mi amor—él me sonríe.

—Me gusta que me digas de todas esas formas—me besa de nuevo y me mira de pies a cabeza—. Amor estas mucho más hermosa hoy, radiante. Pareces una Barbie completamente.

—Debes dejar de adularme o no podre aguantar las ganas que tengo de que me extiendas aquí sobre el sillón y hagamos de todo menos hablar.

—Te complaceré en lo que quieras—me aprieta la cintura—. Podríamos resolver lo del sillón, ir a mi apartamento...

—podríamos sí, pero no vine a eso—me mira confundido—. Hay algo que debes de saber.

Mi corazón comienza a latir frenéticamente y suelto una larga bocanada de aire.

— ¿Qué sucede?—me besa por última vez.

—Tengo que decirte algo muy muy importante.

—Dilo Barbie, me estas comenzando a preocupar.

Hago un repaso mental de todo lo que él ha pasado y las capas miedo que yo he tenido que ayudarle a romper para que pudiese darse la oportunidad nuevamente de ser feliz, no quiero arruinarlo. Con el corazón en la mano y la esperanza en la punta de la lengua finalmente suspiro.

—Estoy embarazada.

Él palideció.