Tareas: Semana 2

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1. Lecturas afirmativas: todos los días por la mañana y por la noche pasa un rato en silencio y concéntrate en leer los principios básicos. (Véase los Principios básicos del capítulo Electricidad espiritual). Mantente alerta ante cualquier cambio de actitud. ¿Te ves ya dejando a un lado tu escepticismo?

2. ¿Adónde se te va el tiempo? Haz una lista de tus cinco actividades principales esta semana. ¿Cuánto tiempo le has dedicado a cada una? ¿Cuáles eran las cosas que querías hacer y cuáles las que debías hacer? ¿Qué parte de tu tiempo transcurre ayudando a los demás y soslayando tus propios deseos? ¿Alguno de tus amigos bloqueados te ha hecho dudar?

Coge una hoja de papel. Dibuja un círculo. Dentro de él coloca temas que necesitas proteger. Sitúa los nombres de quienes te están dando su apoyo. Fuera del círculo distribuye los nombres de aquellos contra los que debes protegerte ahora mismo. Guarda este mapa de seguridad cerca de donde escribes tus páginas matutinas. Utiliza este mapa para apoyar tu propia autonomía. Añade nombres a las esferas interiores y exteriores según vaya pareciéndote apropiado. «¡Oh! Derek es alguien con quien no debería hablar ahora mismo».

3. Haz una lista de veinte cosas con las que disfrutes (escalar, patinar, hacer tartas, preparar sopas, hacer el amor, hacer el amor otra vez, montar en bici, montar a caballo, jugar al pilla-pilla, encestar canastas, salir a correr, leer poesía y demás). ¿Cuándo fue la última vez que te permitiste hacer algo de esto? Junto a cada entrada pon una fecha. Que no te sorprenda si hace años que no realizas algunas de tus actividades preferidas. Eso cambiará. Esta lista es un recurso excelente para tus citas de artista.

4. De la lista que acabas de hacer escribe dos actividades preferidas que hayas evitado y que podrían ser los objetivos de esta semana. Estos objetivos pueden ser pequeños: comprar un rollo de película y rodarla. Recuerda, estamos intentando ganar algo de autonomía en el uso del tiempo. Busca momentos que sean sólo para ti y utilízalos para pequeños actos creativos. Ve a la tienda de discos a la hora del almuerzo, aunque sólo sea durante quince minutos. Deja de buscar grandes periodos de tiempo libre. Vale con que encuentres pequeños ratos.

5. Vuelve a la «Semana 1» y lee las afirmaciones. Apunta cuál suscita una mayor reacción. Muchas veces la que suena más ridícula es la más significativa. Escribe tres afirmaciones de tu elección cinco veces al día en tus páginas matutinas; asegúrate de incluir las afirmaciones que creaste tú mismo a partir del material bruto que sacaste fuera en tus escritos.

6. Vuelve a la lista de vidas imaginarias de la semana pasada. Añade cinco vidas más. De nuevo, comprueba si estas haciendo pequeñas cosas de esas vidas en tu existencia actual. Si has anotado la vida de una bailarina, ¿te has permitido salir a bailar? Si has anotado la vida de un monje, ¿alguna vez te has dado permiso para irte de retiro? Si eres buceador, ¿hay algún acuario cercano que puedas visitar? ¿Podrías organizarte un día en el lago?

«Para ver cierro los ojos». PAUL GAUGHIN

7. Tarta de vida: dibuja un círculo. Divídelo en seis porciones de tarta. Llama a una porción espiritualidad, a otra ejercicio, a otra juego y sigue con trabajo, amigos y romance/aventura. Dibuja un punto en cada porción en el nivel al que te encuentres satisfecho con esa área de tu vida (cuanto más al borde del círculo esté indica que muy satisfecho; más en el centro, no tanto). Conecta los puntos. Te enseñará dónde flaqueas.

Al empezar el curso no es raro que tu tarta de vida parezca una tarántula. A medida que progresa la rehabilitación puede que tu tarántula se convierta en un mandala. Si trabajas con esta herramienta, notarás que hay áreas de tu vida que aparecen empobrecidas y a las que apenas dedicas atención. Utiliza los pequeños periodos de tiempo que vayas encontrando para arreglar esto. Si tu vida espiritual es mínima, hasta una paradita de cinco minutos en una sinagoga o una catedral puede devolverte una sensación maravillosa. Para muchos de nosotros cinco minutos de música de tambores pueden ponernos en contacto con nuestra raíz espiritual. Para otros se arregla con una visita a un invernadero. De lo que se trata es de que hasta la más mínima atención puede nutrir las áreas de nuestra vida que están empobrecidas. 8. Diez pequeños cambios: haz una lista de diez cambios que te gustaría que sucedieran, de lo más significativo a lo más pequeño o viceversa («comprar sábanas nuevas para tener otro juego, ir a China, pintar mi cocina, pasar de mi malvada amiga Alicia»). Hazlo así:

Me gustaría________. Me gustaría________. A medida que las páginas matutinas nos vayan empujando cada vez más hacia el presente, donde prestamos atención a nuestras vidas actuales, un pequeño cambio, como un cuarto de baño recién pintado, puede ofrecer una gran sensación de cuidado por uno mismo que resulta un lujo. 

9. Selecciona uno de estos ítems y conviértelo en tu objetivo de esta semana.

10. Ahora llévalo a cabo.  

El camino del artistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora