Proteger al niño artista interior (Parte 2)

58 2 1
                                    

Recuerda: tu artista es un niño. Encuentra y protege a ese niño. Aprender a permitirte crear es como aprender a andar. El niño artista debe empezar gateando. A eso le seguirán pequeños pasos y habrá caídas (primeros cuadros horribles, películas primerizas que parecerán vídeos caseros sin editar, primeros poemas que estropearían hasta una mala postal). Lo habitual es que un artista sombra en rehabilitación utilice estos esfuerzos iniciales para disuadirse de seguir con la exploración.

Juzgar tus primeros esfuerzos artísticos supone un abuso. Y sucede de varias maneras: el trabajo primerizo se compara con las obras maestras de otros artistas; el trabajo primerizo se expone a críticas prematuras, al ser mostrado a amigos demasiado críticos. En resumen, el artista en ciernes se comporta con un masoquismo bien ensayado. Porque el masoquismo sí que es una forma de arte que ha aprendido a dominar y que ha perfeccionado durante largos años de autorreproche, un hábito que es como el martillo de odio hacia uno mismo con el que un artista sombra puede torturarse hasta volver a la oscuridad.

Para recuperarnos de nuestros bloqueos creativos es necesario ir despacio y con suavidad. Lo que buscamos aquí es cerrar viejas heridas, no abrir otras nuevas. ¡Nada de saltos de altura, por favor! ¡Los errores son necesarios! Los tropiezos son normales: pasos de bebé. Hacer progresos, no llegar a la perfección es lo que deberíamos pedirnos a nosotros mismos.

Si intentamos llegar demasiado lejos y demasiado rápido, podemos convertirnos en nuestro propio instrumento de destrucción. Queremos registrar diez millas lentas por cada milla rápida. Esto puede ir a contrapelo del ego. Queremos ser grandes —grandes de inmediato— pero la convalecencia no funciona así. Es un proceso incómodo, lleno de indecisiones, incluso embarazoso. Habrá muchas veces en las que no demos una buena imagen, ni a nosotros mismos ni a los demás. Necesitamos dejar de exigirnos que debamos ofrecerla. Es imposible esforzarse en mejorar y al mismo tiempo tener buena imagen.

«La pintura es un intento de asumir la vida. Existen tantas soluciones como seres humanos». GEORGE TOOKER

Recuerda que para recuperarte como artista debes estar dispuesto a ser un mal artista. Date permiso para ser un principiante. Al estar dispuesto a ser un mal artista, tienes la oportunidad de ser un artista y tal vez con el tiempo uno muy bueno.

Cuando digo esto en mis clases enseguida me topo con una reacción de hostilidad, a la defensiva: «Pero ¿usted sabe la edad que voy a tener para cuando aprenda realmente a tocar el piano/actuar/pintar/escribir una obra de teatro decente?». Sí..., la misma edad que tendrás si no lo haces.

Así que comencemos.

El camino del artistaWhere stories live. Discover now