Semana 1: Recuperar la sensación de seguridad (parte 1)

80 3 0
                                    

En esta semana se inicia tu rehabilitación creativa. Puede que te sientas a un tiempo aturdido y desafiante, esperanzado y escéptico. Las lecturas, tareas y ejercicios tienen como objetivo que adquieras una sensación de seguridad que te permitirá a su vez explorar tu creatividad con menos temor.  

Artistas sombra

Una de nuestras mayores necesidades como seres creativos es contar con apoyo. Lamentablemente puede ser difícil dar con él. Lo ideal sería que en primer lugar nos arropara y animara nuestra familia más próxima, y después un creciente círculo de amigos, maestros y gente que nos quiera bien. Como jóvenes artistas necesitamos que se nos reconozcan nuestros intentos y esfuerzos, además de los logros y los triunfos. Por desgracia, muchos artistas no reciben nunca ese primer empujón crucial. En consecuencia puede que ni siquiera sepan que son artistas.

Ante los impulsos artísticos que surgen en sus hijos, los padres pocas veces responden con un «inténtalo a ver qué pasa». Ofrecen consejos admonitorios en lugar del apoyo que requiere la situación. Y los jóvenes y medrosos artistas, al añadir los miedos de sus padres a los suyos propios, renuncian a menudo al sueño luminoso de una carrera artística y se resignan al mundo en penumbra de lo que podría haber sido y de los arrepentimientos. Ahí, atrapados entre el sueño de la acción y el miedo al fracaso, es donde nacen los artistas sombra.

Pienso en Edwin, un corredor de bolsa triste y millonario cuya alegría de vivir deriva de su colección de arte. A pesar de sus grandes dotes para las artes visuales, de pequeño lo animaron a prepararse para el mundo de las finanzas. Su padre le compró un asiento en el mercado de valores como regalo por su vigésimo primer cumpleaños. Desde entonces ha sido corredor. Ahora, a los 30 años, es muy rico y muy pobre. El dinero no puede comprarle la realización creativa.

Se rodea de artistas y de artefactos, y es como un niño con la nariz pegada al escaparate de una pastelería. Le encantaría ser más creativo, pero cree que esa prerrogativa pertenece a otros, no es algo a lo que pueda aspirar para sí. Es un hombre generoso y recientemente pagó la manutención anual de una artista para que pudiera alcanzar sus sueños. Educado en la creencia de que la palabra artista no podía aplicarse a él, es incapaz de concederse a sí mismo idéntico regalo.

«Nada tiene una influencia psicológica más poderosa sobre el entorno y especialmente sobre los hijos que la vida no vivida de los padres». CARL GUSTAV JUNG

Edwin no es un caso aislado. Con demasiada frecuencia los impulsos artísticos del niño artista son pasados por alto o reprimidos. A menudo con la mejor de las intenciones, los padres intentan fomentar en el niño una personalidad más sensata. «¡Deja de soñar despierto!» es una advertencia que se escucha mucho; y otra, «Nunca llegarás a nada si sigues con la cabeza en las nubes».

A los bebés artistas se les anima a pensar y a actuar como bebés médicos o abogados. Es raro que una familia, enfrentada al mito del artista muerto de hambre, aconseje a sus hijos que sigan adelante e intenten labrarse una carrera artística. Si de forma extraordinaria se les da algún tipo de apoyo, será para animarlos a que piensen en las artes como un hobby, un relleno creativo en los márgenes de la vida real.

Para muchas familias una carrera artística existe fuera de su realidad económica y social: «El arte no te pagará las facturas». Por tanto, si al niño o a la niña se le permite pensar en el arte como trabajo, tendrá que hacerlo de una manera sensata.

Erin, una brillante terapeuta infantil, tenía treinta y tantos años cuando empezó a sentir su trabajo como una obsesiva insatisfacción. Insegura sobre qué dirección tomar, empezó a trabajar en la adaptación al cine de un libro infantil. De repente, a mitad de proyecto, tuvo un sueño sobre el abandono de su propio yo de niña artista que resultó esclarecedor. Antes de convertirse en terapeuta había sido una estudiante de arte con talento. Durante dos décadas Erin había reprimido sus impulsos creativos y había volcado toda su creatividad en ayudar a los demás. Ahora con casi 40 años se encontraba deseando poder ayudarse a sí misma.

El camino del artistaWhere stories live. Discover now