Introducción

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Cuando alguien me pregunta a qué me dedico respondo: 

 —Soy escritora, cineasta e imparto talleres de creatividad. Esto último es lo que genera más interés.

—¿Cómo se puede enseñar a crear? —me preguntan después, con una mezcla de desafío y de curiosidad. 

 —No puedo enseñar a crear, sino que trato de que cada uno se permita a sí mismo ser creativo —contesto. 

 —¿Quieres decir que todos somos creativos? —en ese momento la expresión de mi interlocutor refleja una lucha entre incredulidad y esperanza.

 —Sí. 

 —¿Tú lo crees de verdad? 

 —Sí. 

 —¿Y entonces qué haces? 

«Sostengo que la imaginación primaria es el poder de la vida». SAMUEL TAYLOR COLERIDGE 

Lo que hago es este libro. Desde hace una década imparto un taller espiritual que tiene el propósito de liberar la creatividad de las personas. 

 He trabajado con artistas y no artistas, con pintores, directores de cine, amas de casa o abogados: con cualquier individuo interesado en tener una vida más creativa a través de una práctica artística; más aún, cualquier persona que aspire a practicar el arte de vivir creativamente. Usando, enseñando y compartiendo unas herramientas, ya sean intuidas, imaginadas, encontradas o recibidas, he visto cómo se disuelven bloqueos y cómo se transforman vidas. Es un proceso sencillo que consiste en que el Gran Creador participe en el descubrimiento y en la recuperación de nuestros poderes creativos. 

 —¿El Gran Creador? Eso suena a dios de los indios americanos. Suena demasiado cristiano, demasiado New age, demasiado... ¿estúpido?, ¿simplista?, ¿amenazador?... Es posible. Tómalo como un ejercicio para abrirte a una nueva perspectiva. Por ejemplo, piensa: «De acuerdo, Gran Creador, sea lo que sea»; y continúa leyendo. Permítete considerar la idea de que tal vez exista un Gran Creador, y que quizás pueda resultarte útil para liberar tu propia creatividad.

 «Al hombre se le pide que haga de sí mismo aquello en lo que se supone que ha de convertirse para cumplir con su destino»PAUL TILLICH

«Yo por mí mismo no hago nada; es el Espíritu Santo el que lo consigue todo a través de mí». WILLIAM BLAKE 

Como El camino del artista es en esencia un camino espiritual, que se inicia y se practica a través de la creatividad, este libro emplea la palabra Dios. Esto puede resultar chocante porque evoque ideas sobre Dios que sean antiguas o inútiles, a veces desagradables o directamente increíbles, sobre el Dios en el que fuimos educados. Por favor, intenta abrir tu mente. Recuerda que para tener éxito con este curso no es necesario tener una idea preconcebida acerca de Dios. De hecho, muchos conceptos atribuidos con frecuencia al término «dios» constituyen un obstáculo. No permitas que la semántica sea un escollo más.

Cada vez que aparezca la palabra Dios puedes sustituirla por la expresión camino recto o fluir. De lo que hablamos es de energía creativa. Dios es para algunos de nosotros una forma útil de nombrarlo, como podrían serlo diosa, mente, universo, fuente o poder superior... No se trata del nombre que le demos. Se trata de probar a hacer uso de él. Para muchos de nosotros concebirlo como una forma de electricidad espiritual ha sido un buen punto de partida. A través del acercamiento sencillo y empírico que nos permiten la experiencia y la observación, se puede establecer una conexión útil con el fluir del camino recto. La intención de estas páginas no es explicar, debatir o definir ese flujo: no necesitas comprender la electricidad para poder usarla.

El camino del artistaWhere stories live. Discover now