Capítulo 18 (Daiblo)

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—Así que tu nombre es Emma.

—Si, corto y sonoro.

Reí y tomé el resto del agua. Miré a mi alrededor, la tarde ya estaba asomando en el horizonte y en vez de que el número de personas disminuyera, este aumentaba, lo más sorprendente es que la cola de la máquina de tortura de los Heartless, era extremadamente grande.

—Ya que recuperaste el color, será bueno continuar.

—Ah nada que ver, encantó, no me vuelvo a subir a ninguno más.

—Aburrido.

—Loca

—Vamos.

Me tomó del puño de mi buzo y me jaló.

Fuimos a los juegos de azar y a las de puntería, según Sombra, para que recuperara mi color y que no la quisiera matarla, la verdad era que me la estaba pasando genial, era inusual, no me gustaba nada este tipo de parques, ni sus juegos, pero junto a ella, no sé, se estaba volviendo agradable todo esto.

Le gané una camiseta de Nirvana en un juego de dispárale a unos patitos de madera, ella me ganó unas orejas de diablo, en un juego de atrapar peces con una red de papel, como lo hizo, ni yo sé, pero ahora llevaba cuernos.

Reí al ver mi reflejo en el espejo de un juego que pasamos, ella también se rio y se puso frente de mí.

—Te ves encantado, Diablito. — acomodo los cuernos en mi cabeza.

—Ok, este día siento que estoy siendo tu juguete.

—Y eso que aún no empiezo. — me guiñó el ojo y caminó.

Me quería arrastrar a otra montaña rusa, pero esta vez si no lo consentí, optamos por los paseos tranquilos, tomamos el tren acuático de Serenia, creí que iba a ser un viaje tranquilo, la propaganda de fuera del juego lo confirmaba, pero la aceptación y entusiasmo de Sombra me hizo dudar.

Entramos al juego, gran error, tenía un recorrido normal al principio, luego se aloco y terminé mojado por completo. Salimos del juego y regresé a ver a sombra, llevaba su cabello corto mojado, al igual que su rostro, se veía encantadora, más cuando trataba de reprimir una risa.

—Te odio. — le saqué el dedo corazón.

—Yo no escogí el juego. — se encogió de hombros, luego rompió a reír.

Yo sacudí mi cabello.

—Lu eres tú. — dijo una voz femenina a nuestras espaldas, giré por instinto.

—Hola Marta, cómo estás. — Sombra se acercó a ella.

Espera un momento ¿no te llamabas Emma?

Todo bien, querida, no te había visto desde la fiesta del verano anterior.

—Estuve ocupada y tus niños como están.

—Son un encanto como siempre, de hecho, estamos por ellos aquí, mira ahí está Tom, Hana y Helena. — señaló a unas niñas y un señor que salían de la montaña rusa rosa.

—Ah, Marta, él es... — no la dejó acabar porque se lanzó a mis brazos al verme.

Me quedé inmóvil y con los ojos muy abiertos, Sombra también estaba perpleja.

—No lo puedo creer eres Diablo, de los Diable Black, o por Dios. —se apartó de mí y se cubrió la boca.

—Hola, un placer conocerte. — le sonreí.

—Lu.... espera un momento ¿eres novia de Diablo?

—¡No! — los dos gritamos al mismo tiempo.

Nos miramos y reímos.

Entre Sombras Y Acordes Where stories live. Discover now