Capítulo 46

23 6 0
                                    

Narra Nahuel

Me desperté antes que Daniel, lo miré y sonreí. Me levanté con cuidado para no despertarlo y fui al baño para prepararme. Cuando terminé, bostecé y me miré en el espejo, me veía cansado, suspiré y volví al cuarto para buscar ropa. Busqué en el placar intentando no hacer mucho ruido. Abrí un cajón con cuidado y revolví para buscar una remera. Pegué un salto cuando sentí que me abrazaban por atrás. Me giré un poco para mirarlo, Dani tenía cara de dormido y estaba un poco serio.

—Perdón, no quería despertarte.

Me sentí un poco nervioso, parecía que lo había hecho enojar con el ruido. Él no me dijo nada, me alzó, me llevó a la cama y me acostó. Lo miré sin entender, solamente me sonrió y se acostó conmigo.

—¿Dani?

—Es domingo, no tenés por qué levantarte tan temprano.

—Pero no tengo sueño...

Me miró un ratito.

—¿De verdad?

Asentí, suspiró, se acomodó y sacó su brazo de mi cintura. Sonreí, sabía que quería que me quedara con él como todos los domingos.

—Me voy a quedar con vos —sonreí y me acurruqué contra él—. ¿vas a seguir durmiendo?

—No sé... ¿Querés hacer algo?

—Solamente quiero mirarte.

Sentí la cara arderme un poco después de decir eso, le sonreí y lo abracé poniendo la cabeza en su pecho, me acarició el pelo. Nos quedamos horas así, Dani durmió más o menos hasta las once, después, cuando se despertó, hablamos un rato. Nos levantamos a la hora de almorzar. Mientras él iba a bañarse, fui a la cocina y puse a calentar agua en la pava. Un ratito después, Dani vino conmigo. Mientras revolvía el café instantáneo, sentí que me abrazaba por atrás, sonreí. Sentí que me besaba en la nuca, el cuello y el hombro, dándome escalofríos.

—Me hacés cosquillas, Dani, voy a tirar la taza —siguió dándome besos—. Dani.

—¿No es muy tarde para desayunar?

—Tengo hambre —me giré un poco para mirarlo—. ¿Vos no querés?

—Sí, pero no quiero que lo hagas vos.

—No me molesta —sonreí y apagué la pava—. Siempre me mimás, dejame mimarte hoy.

—Sos muy lindo —me besó en el cachete—. Espero en el sillón.

Asentí mientras le ponía agua a una de las tazas. Después batí el café de Dani y le eché el agua, le puse un par de cucharadas de azúcar a mi café, los agarré y fui con él. Nos pasamos un rato hablando mientras tomábamos los cafés. Casi a las tres, decidimos salir a comer a al bar que le gustaba. Nos sentamos en una mesa al lado de la ventana, Dani miró el menú. Después de un rato, pidió la comida y esperamos hablando. Mientras comíamos, pensé en la idea de Cami de nuevo, no parecía que a Dani le hubiera gustado mucho, pero, seguro, no quería decírmelo.

—Dani —lo llamé limpiándome la boca con la servilleta—. ¿Qué vamos a hacer con lo de mi cumpleaños?

—No sé, amor, tenemos un mes para pensarlo —suspiró—. Sinceramente, no estoy seguro de que salga bien eso. No quiero arruinarte el cumpleaños, ni poner histérica a tu mamá, o a la mía.

—Sí, entiendo...

—No te pongas triste, ¿sí? Voy a pensar y a planear bien todo. No quiero que las cosas se salgan de control —tomó un poco de agua—. ¿Vos tenés algo en la cabeza? ¿Querés que vayamos a un lugar en concreto?

En su miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora