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Narrador: Omnisciente

Tanto Mark como RenJun se vieron detenidos en su intento de ir a almorzar juntos cuando el rector de la universidad les ordenó hacer unos papeleos extra minutos antes de su salida para comer.

Tardaron a lo mucho una hora haciendo aquellos papeleos, eran registros de profesores nuevos en la universidad porque anteriormente muchos se habían jubilado y el sistema académico de la universidad cambió optando por buscar maestros con profesión y dedicación.

Mark y él se repartieron los documentos, actualizando informaciones personales de cada sujeto y cuando terminaron, fueron directamente al restaurante más recomendado y económico que quedaba un poco distanciado de la universidad.

—¿Qué pedirás de comer, Ren? —le cuestionó Mark a lado suyo con un codo sobre la mesa, acunando su rostro, mirando la cartilla del menú y a RenJun al mismo tiempo.

—No lo sé, aquí venden muchas cosas deliciosas y no sé qué pedir. —hizo un mohín.

—Ya he decidido —Mark se incorporó y segundos después, levantó la mano, llamando la atención del garzón en el restaurante.

—Espera, ¿Qué pedirás? —dijo, inquieto porque él aún no sabía que pedir.

—Dak Galbi. —relamió sus labios y RenJun hizo una mueca.

—Ayer cené eso con ChenLe y Taro, paso.

—Decídete, hay comidas rápidas también.

—Lo sé… uhm…

—¿Pedirán su orden? —llegó el garzón, joven y respetuoso.

—Sí, un plato se Dak Galbi y él… —miró a RenJun sin saber qué decir.

—Una hamburguesa con mucho queso, por favor. Si puede, ponga un poco de queso derretido en un traste pequeño.

—Claro, en unos minutos traeré su comida. —el mesero sonrió, asintió y se fue.

—¿Mucho queso? —le interpeló Mark, con una ceja alzada y una media sonrisa en sus labios.

—Lo amo, mi mente me recordó que he pasado mucho sin comerlo y… es delicioso, ahora tengo más hambre que hace rato.

—Sé que amas el queso, solo quiero recordarte que la última vez que lo comiste casi te ahogas —rio, burlándose de RenJun por lo que pasó en aquel día, meses atrás.

—Si me muero por comer queso, moriré feliz.

—Exagerado. —torció los ojos.

—Lo digo en serio.

—Sí, me imagino. Ese día hasta le rezabas a todos los santos por sobrevivir con el queso atorado en tu garganta —se rio aún más—. Lo bueno que estaba ahí YangYang para recurrir a lo que aprendió en las prácticas de primeros auxilios.

—Sinceramente, sí tenía miedo, pero se me pasó. No quiero recordarte que después de eso seguí atascándome de queso.

—Sí, lo recuerdo… —se mantuvo en silencio, mirando al frente suyo. RenJun se distraía con su celular, observando publicaciones y riéndose por algunas que le causaban gracia.

departamento 119    [renmin]Where stories live. Discover now