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Narrador: Omnisciente

El día para RenJun es tranquilo y un poco agotador en el trabajo, casi nunca suele importarle como le va en el empleo, sin embargo, este día lo siente pesado. Podría deberse a que era lunes. También podría deberse a que un día anterior a aquel, había salido junto a Shotaro, ChenLe y YangYang a una fiesta de algún conocido –desconocido para RenJun– de uno de ellos.

La cruda tampoco le ayudó ni un poco, aún cuando no tomó con exageración, el alcohol en ocasiones lograba dejarlo tirado de a momentos o sencillamente quitarle energía, pero ahí estuvo, bebiendo y divirtiéndose. Ahora se arrepentía.

—Buenas noches, SeungMin. —se dirige sin ánimos hacia el recepcionista del edificio. Por fin podría llegar al departamento para lanzarse a su hermosa cama y poder descansar.

—¿Cansado de la vida? Yo también. —suelta un bufido y no permite siquiera que Huang responda a su pregunta. RenJun rio.

—¿Llegó lo que pedí? —cuestiona, un poco emocionado.

—No, RenJun. Aún no llega tu consolador. —lo mira seriamente y luego esboza una sonrisa. RenJun lo mira sin comprender.

RenJun no es alguien de saber mucho sobre “juguetes sexuales”. Si bien con JeNo ni siquiera han intentado tener relaciones sexuales por inseguridades del mismo RenJun. Sin embargo, sabe del tema.

—¿Qué es eso? —pregunta inocentemente, sin saber.

—Ay, eres un angelito —sonríe enternecido—. Es un juguete sexual. —dice secamente y RenJun se asquea inmediatamente—. En realidad, no ha llegado el libro que pediste, quizá para mañana ya esté aquí.

RenJun asiente, formando una curva con sus labios pegados, entendiendo. Mira a su alrededor y en ese instante, pasan tres personas con cajas caminando en dirección al elevador.

—¿Alguien nuevo? —pregunta en voz baja.

—Sí —le responde SeungMin—, un joven compró el departamento 119. Los que están del 110 al 120 son más espaciosos y los más caros, ¿Sabes? —RenJun asiente, regresando la mirada hacia SeungMin—. Lo raro es… que lo pagó al contado.

—Oh...

—De hecho, se sitúa sobre tu departamento. —sonrió. RenJun hizo una "o" con sus labios y volvió a lo que quería preguntar.

—¿Raro, por qué?

—Pues porque es de los más caros y lujosos. —repite.

—¿Cuánto vale? Ni que fuera para tanto…

—Tiene un costo de cincuenta y cinco millones de wons.

—Cincuenta y cinco… ¿Cincuenta y cinco millones? —exclama la pregunta y agranda sus ojos—. El mío estuvo en quince millones y… lo que me costó juntarlo para pagar…

—Sí, eso me hace sospechar. Quizá sea algún narcotraficante.

—De ser así la policía ya lo hubiera tomado preso, Min. —lo mira incrédulo.

—A veces no se puede pensar ni en la policía, Ren. En ocasiones hasta la misma policía está involucrada en esas cosas.

departamento 119    [renmin]Where stories live. Discover now