Sette.

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Abría los ojos de nuevo, me encontraba en mi cama. Mark y Kun estaban en el sillón, en cuanto vieron que había despertado se acercaron a mí, no sin antes decirle a JunMyeon.

-Me metiste un buen susto, ¿Qué pasó? -me preguntó JunMyeon.

Yo solo me acordé de la razón por la cual me bloqueé.

-¿Cómo es posible que no recuerde a alguien de mi infancia? -le dije sin mirarlo. SuHo se hizo un poco para atrás y suspiró. Mi mirada recayó en él-, SuHo necesito saber la razón de porqué no recuerdo a niños con los que convivía, de porqué no recuerdo cómo me vestía, ni siquiera un detalle importante.

-Es normal, eras un niño, yo no recuerdo tampoco qué es lo que usaba o con quién convivía -se sentó en la cama. Mark y Kun se veían confusos.

No dije nada, a lado mío estaba el libro y fui a la página donde estaba mi nombre, se lo enseñé a JunMyeon y solo palideció- ¿Quién escribió eso?

-No lo sé, pero necesito saber algo, ¿Hay alguna foto donde me vea de niño? -él dijo que sí-. Quiero verla, por favor.

Mi hermano salió de la habitación, me recosté y solo vi al techo. Recuerdo que Sicheng decía algo de los nombres de los protagonistas y que también no me ilusionara con un final feliz.

-Hey viejo, ¿Cómo es posible que el autor sepa tu nombre? -se acercó Mark.

-Supongo que también veía la interacción entre el niño y yo -intuí.

-O el niño es el autor escribiendo su historia -dijo Kun alzando sus brazos.

-Posiblemente, pero lo veo más difícil. No recuerdo a nadie con iniciales J y J.

-Tu vida está rodeada de muchas personas con nombre de letra J, no sería raro que te olvidases.

-No Mark, si es un niño con el cual tuve varias interacciones no podrá olvidar su nombre.

SuHo llegó con un marco de fotos, me lo dio y abrí un poco más los ojos.

Un niño pequeño sonriendo, con lentes de color amarillos y un broche de pingüino en el suéter se reflejaba en la imagen; sería cliché decir que empezaba a recordar automáticamente casi la mitad de mi vida pero no ocurrió.

Solo unos flashbacks míos de yo jugando con más niños, de hacer trabajos manuales y también de las fiestas de Halloween a las que asistía de niño.

Pero nada de un niño con el cual iniciara su nombre con la letra J.

-Quiero dormir -les dije.

-Claro, vendré a despertarte cuando la comida esté lista -sonrió mi hermano más aliviado. Miró a Kun y a Mark- ¿Quieren quedarse a comer?

-Me ofende la pregunta, por supuesto que sí -dijo Mark. Kun pasó a darme un abrazo y me dijo que solo descansara, que habría tiempo para saber lo que sucedió.

Al estar completamente solo me aseguré de ponerle seguro a la puerta y volví a recostarme.

Debía de terminar ese libro ahora mismo sí o sí.

Avanzaba algo rápido en las páginas, iba ya casi al final del libro, todo lo que leía me causaba impresión, ¿Yo hacía todo eso?

Eran páginas ya con narrativas divertidas, situaciones pequeñas y conversaciones entre el niño y yo; pensamientos negativos, pensamientos positivos, entre otras cosas.

El chico del broche de pingüino. | JaeDo. ♥Kde žijí příběhy. Začni objevovat