Capítulo 15

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Me detengo con la mano en el pomo de la puerta de la celda de Deven, justo cuando voy a entrar por más de varias veces en la semana. Al fondo del pasillo oscuro (el que nunca creí que tuviera fin) se escucha el sonido que de vez en cuando se aparece en mis pesadillas. Todas estas puertas sin número, tantos secretos bajo llave, ahora retumban en mis oídos como si tuvieran vida propia.

Paso de largo las habitaciones que quedan en el recorrido hasta llegar a la última, desde donde provienen esas ondas que me hacen querer desentrañar sus secretos. Giro el pomo lentamente, está abierta a diferencia de las otras que ya he intentado abrir pero sin resultados, como si esta guardara algo de urgencia en la que no se podría perder tiempo buscando una llave. ¿Por qué tan apartada de las demás?

Dejo la vista plena en lo que se encuentra frente a mí, haciendo el latido más fuerte por la cercanía. Mi expresión se vuelve una mezcla de lo incrédulo, espantoso... e incluso emocionante que resulta. Las paredes sin tapiz al contrario de las demás habitaciones, están cubiertas de enredaderas de un vivo verde como hay en el exterior del hotel. No solo se extienden por las paredes de ladrillo, sino que han consumido el piso y es muy fácil enredarse y caer. En el centro de la habitación se encuentra una niña tan pálida como un muerto, pero con una belleza tan incuestionable como la esencia de la vida.

Está dormida en una cama que parece hecha de las mismas enredaderas, de no ser porque el espaldar de madera puede relucir en varias partes. La pared detrás de ella es donde la hierba es más profunda, como su lugar de procedencia, por no mencionar que está cubriendo un hueco de donde proviene el latido, conectándose con el pecho de la pequeña solamente cubierto por un delgado vestido blanco como la pureza. La luz encima de mi cabeza está encendida de antemano, dando claridad al asunto.

Me acerco con los ojos muy abiertos sin aún poder creer cómo esta criatura es parte de la maleza que cubre las paredes, parte de la maldad que comprende este hotel. ¿Es la niña que se cayó desde mi habitación? ¿De la que la jodida anciana Alice me había dado a entender que por "alma" estaba muerta? No lo está. Está en un profundo sueño, ¿por qué está aquí? No puedo entender qué puede ser tan oscuro como para retenerla aquí sin llevarla a algún hospital donde la puedan atender mejor y tal vez despierte.

Toco la punta de sus dedos por instinto, helada. Su piel tiene la temperatura que su color indica. Al contacto, el latido en la pared se ha vuelto más fuerte, todo parece moverse a mi alrededor y de repente siento algo jalándome los pies. Un par de enredaderas se ha apoderado de mí para hacerme caer, clavando sus espinas en mis piernas, pero sin dejarme gritar de dolor porque también han cubierto mi boca.
Intento zafarme todo lo que puedo, pero los agarres se vuelven más fuertes como si quisieran desgarrarme el alma o proteger lo que están cuidando. ¡Eso es! Están aquí para proteger a esa niña, pero yo no le quiero hacer daño... ¿de quién más la quieren proteger?

Dejan de apretarme, como si me hubieran oído los pensamientos y descartado como amenaza. Se escurren hasta quedar sin vida (o eso parecen) en sus lugares. El corazón me late a mil mientras permanezca en el suelo, quiero asimilar lo que ha pasado, pero lo único que mi escasa cordura puede hacer es correr para salir de aquí. Vuelvo a donde mismo pretendía entrar antes de entrar y me percato de que el ruido constante ha desaparecido.

Pisadas numerosas se escuchan en las escaleras y mi temor porque me vuelvan a descubrir husmeando aquí arriba, se hace presente. En cambio, la señora Bloom, su ex esposo y el matrimonio amargado que decía cosas extrañas en la graduación, pasan sin siquiera prestarme atención. La urgencia en sus pasos es obvia y la dirección también: la habitación de la niña. Incluso siento la tensión en el aire al perderse en la entrada de esa habitación.

Mi idea de buscar respuestas de Deven, se desvanece por la curiosidad inminente que me produce ir a saber qué pasa en ese sitio. No pretendo espiar, por lo que no me escondo y a ellos tampoco les importa demasiado ya que, están demasiado ocupados en salvar a la niña que está en peligro de pasar al otro lado. Lo que más me sorprende de esta situación es que todas las enredaderas han desaparecido por completo para ser reemplazadas por artilugios médicos y la máquina a la que está conectada la pequeña, la cual tiene ese pitido molesto que indica que algo va mal.

The HotelWhere stories live. Discover now