El Camino De La Doncella

Capítulo 31

Nota rápida: perdón si viste la historia actualizada hace un par de horas. Reemplacé el anuncio que hice con este capítulo, debería actualizarse correctamente ahora. Y en caso de que te perdieras el anuncio, solo quería hacerte saber que hice mi historia de preguntas y respuestas en un foro. ¡Disfruta el capítulo!

Capítulo 31: La sorpresa

La luz del sol entraba por la ventana y entraba en la pequeña habitación. Mientras se extendía sobre la mesa y una cama vacía, el último lugar en el que se encontró fue en el rostro de una adolescente. Una vez que el calor y la luz se quedaron quietos por unos momentos, la niña abrió los ojos y comenzó a despertarse por completo. Mientras se levantaba de la cama, la adolescente comenzó su rutina matutina de vestirse y cepillarse su largo cabello negro en el baño. Su atuendo consistía en un chaleco color canela, jeans, una camisa blanca debajo del chaleco, una hombrera en su hombro y botas negras.

*GOLPEAR*

*GOLPEAR*

*GOLPEAR*

El adolescente se volvió hacia la puerta, sin esperar compañía tan temprano en la mañana. Pero una vez que vio una cama vacía frente a la de ella, tuvo una buena idea de quién era. Entonces, después de poner el cepillo detrás del espejo y cerrarlo, la niña salió del baño y abrió la puerta. En el otro lado estaba un hombre con armadura cromada, completamente vestido desde el casco en su cabeza hasta las botas en sus pies. Su visera negra miraba a la joven que tenía ante él, estudiando su apariencia. Si bien la mayoría creería que la expresión detrás del casco sería neutral o apática, el casco del hombre en realidad ocultaba una sonrisa suave mientras miraba al adolescente, cuya altura estaba justo por encima de su pecho.

La mayoría de las personas se sentirían más que incómodas al estar de pie en presencia de un mandaloriano completamente armado, pero la joven sonrió y se apartó el cabello del ojo izquierdo. "Hola, papá", dijo mientras se hacía a un lado, sintiéndose más que feliz de verlo.

"Hola, Cinder", dijo el mandaloriano mientras se movía hacia la mesa en el centro de la habitación. Colocando una bolsa sobre la mesa, metió la mano y sacó dos pequeñas pilas de panqueques en bandejas, colocándolas frente a dos sillas. "Feliz cumpleaños."

Cinder sonrió mientras se unía a su padre por su tradición anual. Habían pasado cinco años desde que ella y Djarin llegaron por primera vez a Beacon Academy. En ese momento, cuando no estaban enseñando a los estudiantes o entrenando, los mandalorianos encontraron formas de hacer que la escuela se sintiera más como un hogar. Y hoy fue quizás uno de los mejores días para hacer eso.

Cada año, en el cumpleaños de la Doncella, Din Djarin compraba dos pilas de panqueques para el desayuno. Los cumpleaños de Cinder siempre fueron ignorados cuando era niña, cuando era huérfana y esclava. Entonces, el clan de dos siempre haría que el día fuera mejor, comenzando con el desayuno. Si bien siempre prefirió una pila simple de tres, los panqueques de Cinder siempre fueron sus favoritos: arándanos.

"¿Cómo está la pila este año?" Preguntó Djarin mientras tomaba un bocado más.

"Mmmm", tarareó Cinder mientras disfrutaba de su siguiente bocado. "Mejor que nunca."

Djarin sonrió ante la idea y terminó sus panqueques. Mientras lo hacía, el Mandaloriano se volvió a poner el casco y se puso de pie. "Entonces, ¿qué suena como un plan para hoy?"

Cinder continuó comiendo su comida mientras explicaba lo que quería hacer. "Escuché que Vale finalmente se está preparando para el Festival de Vytal. Aparte del torneo, decorarán la plaza del pueblo y darán la bienvenida a los estudiantes de intercambio. Estaba pensando que podríamos bajar y ver todo lo que está sucediendo".