Enredados en un mundo de cabeza 8

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El sol se había ocultado de forma lenta en el horizonte, el cielo que había coloreado como acuarelas de finos tonos pastel habían llegando hasta el mas oscuro azul reinando en el cielo por que la noche ya había caído, mientras el solo el miraba entre muros de adoquín, 

El tiempo que avanzaba rápido no dejaría de hacerlo, el tiempo también se había conmovido y ya había tenido clemencia pero esta vez solo avanzaba, cuantas lunas el había visto ya, prisionero de una ilusión,

 aquel arrebato que fue tan repentino pero aun seguía doliendo en su pecho y tal vez no pararía de sentirse así jamás, segundos, horas, tal vez dias, tal vez meses, quizá años, por que así es el tiempo una rosa con pétalos de cristal que el viento se lleva, una rosa marchita, incluso suplicar al tiempo que se apiádate de su corazón de cristal, 

Lunas, ocho lunas, ocho soles, ocho dias y ocho noches, en ninguno estaban juntos, en ninguno estaba libre, pensó el la primera vez, la sensación de un desnivelado suelo, pasto fresco, ríos de agua cristalina, animales pero lo que mas añoraba era a ____, sus mejillas se tornaron de colores fervientes mientras estas por recuerdos se humedecían.

Te lo suplico solo un momento, solo unos segundos mas, y el tiempo susurro con suma tristeza mira las luces bonitas a tu alrededor, el miro en su entorno, no había luz que el quisiera ver si no estaba a su lado, siente como tu lento y frágil corazón latente comienza a detenerse, el conto sus latidos mirando por el ventanal de la torre, no escucho nada, sus latidos eran tan lentos que dudo si este llego a latir alguna vez entre la mazmorra, cada latido es un soneto, un soneto sin melodía no es nada, cada mirada un poema, un poema que el no podía escribir,  ya no, pues su mirar vacío estaba, cada recuerdo se convertía en una lagrima del pasado, todo estaba girando en el vacío de esa noche,  estaba mareado, embriagado, confundido, desilusiona...

Su pensar pauso, pues fuera de sus pensamientos, fuera su vista azul abandono la ventana pues algo lo arrastro a la realidad, un eco, un eco que retumbo ligeramente en las paredes de adoquín de la torre, el eco de piedra por piedra caer al suelo, su mirar vago confundido en pensamientos, sus latidos se oprimieron soltando un jadeo, sus pasos fueron lentos e inseguros antes de llegar al cuarto de su padre, aquel hombre si quiera se había percatado pues dormido en un cómodo sueño se encontraba, entonces algo vacilante se acerco al camino extenso y oscuro de escalera profundas, inestables pasos que crearon un eco, el joven alumbraba su camino con sustancias luminiscentes buscando divisar cada paso que daba.

No mentiría, estaba asustado, miles de cosas pasaron por su cabeza, miles de latidos oprimidos que atacaban a su pecho, sus pasos temblaban, sin embargo algo le decía que debía ir, no pensaba claro, desde que le vio el había dejado de usar la cabeza, pues nadie con cordura iría a investigar a un lugar que prohibido y abandonado estaba, el bajaba las escaleras, rogando que estas se acabaran y a la vez que no lo hicieran.

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Su corazón latió rápidamente antes de comenzar a quitar las demás piedras restantes que cayeron cual domino, al dejar al descubierto la pequeña puerta ambos la empujaron con fuerza para dejar caer un mas piedras, del otro lado de la puerta causando un retumbante eco que se escucho por toda la torre, ___ miro al pequeño mamífero con preocupación al mirar el derrumbe ruidoso de las demás piedras al otro lado, aun sin poder reaccionar del todo, estaban dentro de la torre, en alguna parte oculta de esta, solo lograron divisar el espiral de escaleras de donde unos pasos firme y cuecos se escucharon.

De algo estaban seguros, nada bueno estaba por salir de esto, sin embargo ____ no lograba moverse, no por alguna lesión o por la caída al suelo, tenia miedo, sus brazos temblaban al intentar incorporarse del suelo al igual que sus piernas, el único sonido que su pensar se volvió cueco era un zumbido, las voces, los susurros y las manecillas del reloj que anunciaban el fin, estaba aceptando, como si medusa hubiera mirado sus ojos de cálido mirar y petrificado sus pensar, su movimiento y su latir, el color abandono su tez y solo cerro fuertemente los ojos esperando que así nadie pudiera verle, pero esa voz, esa voz que cálida lleno su corazón al escuchar como le nombro, logrando que sus ojos se abrieran.

Varian One-shotWhere stories live. Discover now