columpios

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¿Haz ido a un parque?, Es una pregunta simple con una respuesta evidente, todos lo hemos hecho en nuestra infancia, pequeño, grande, con resbaladillas, sube y bajas, pasamanos, juegos giratorios, bancas que mayormente los padres se encuentran sentados vigilando a sus pequeños , arbustos con pequeñas flores de tres pétalos de colores rosados intensos, sobré todo y no menos importante los columpios.

Por qué una mención a estos pequeños juego con atracciones leves y poco divertidas, es fácil, nada te parece aburrido si eres un niño, un infante.

Y eso mismo pensaba un pequeño niño de ojos larimar, emocionado por ir a un pequeño y lindo parque a unas cuantas calles de su linda morada.

un pequeño calendario marcado con todos los días de la semana, dibujando y marcando cada uno de estos que pasaban, hace una semana sus padres había prometido llevarlo y por fin hoy era el día, justo a cada paso la emoción de aquel pequeño crecía y crecía cada vez más, divizando los árboles al entornos de las calles, a cada paso podía reconocer el camino estaban a unos pasos cuando miro las rejas coloridas de este y el pequeño soltó la mano de sus padres entusiasta y solamente corrió ignorando el llamado de sus padres angustiados, corrió a este.

Un segundo, a unos instantes el pequeño contempló nuevamente si entorno, cientos de infantes de su edad estaban ahí, corriendo de un lado a otro una y otra vez, contagiado de tanta alegría y entusiasmo intentó ir a dónde los demás infantes más estos si quiera notaron su presencia, corrían jugando en grupo, algunos que parecían ser conocidos a o algo familiares los pequeño e infantiles rostros más ninguno se detenía a hablar o mirarle.

Solo miraba a los demás correr y reír en su gran y cálido grupo en compañía, el infante intentó armarse de valor para ir a dónde los demás nuevamente, tomó el valor y se dio ánimos así mismo antes de intentar lucir confiado, soltó un largo extenso y profundo suspiro para comenzar a caminar hacia los demás niños, al estar cerca de estos soltó todo el aire y pensó en sus palabras, sus padres le dirían que fuera educado y usará bien sus palabras, eso era justo lo que el de cabello azabache estaba por hacer, tocó el hombro de un de estos niños que dio la vuelta con una expresión de desconcierto puntada en su confusos e indescifrable rostro infantil.

Varian- disculpen-intento llamar la atención más sus palabras salieron en un murmuró tímido y su mirar bajo al instante evitando el contacto visual- me...me pre...pregun....preguntaba si yo...emmm- musitó nerviosamente con dificultad mientras los tonos de su voz subían y bajaban- si...si yo- intento terminar su oración más las demás voces que estaban un poco lejanas llamaron nuevamente al único niño que prestaba atención a las palabras del pequeño de ojos celestes-

~Oye apresurarte tu eres quien las trae- exclamó a lo lejos otra voz infantil con desesperación, a lo que como respuesta solo obtuvieron una mirada y un ansioso~

~Ya voy~exclamo el otro infante de vuelta, antes de que su mirar se posará inquieto e incómodo en el del otro niño de pecoso rostro el cual tenía una mirada con cierto nerviosismo y unos ojos que reflejaban esperanza al igual que su dulce sonreír, solo logrando poner aún más incómodo al contrario, este solo le dio la espalda y corrió o más bien huyó a dirección opuesta dónde estaba ese pequeño niño, dejándolo con las palabras en boca~

En un parpadeo el rostro pecoso de Varian se torno de suaves colores intensos por la pequeña pero en su pecho inmensa pena que tuvo que pasar al ser brutalmente ignorado por completo, culpando a su dificultad al convivir o simplemente al trabarse al hablar, solo dejando al pequeño con un desánimo en su pecho de latir oprimido, otra vez había espantado a todos en su entorno, solo se quedó ahí parado mirando aún a todos esos niños que pudieron ser sus nuevos amigos, pensando en que fue lo que pasó y que había dicho o hecho mal, a cada pensamiento su rostro comenzó a cambiar sus expresiones, al principio solo sintió cálido su rostro, más este se pinto de pena y al instante más rápido de lo que un pincel o un lápiz dibujara otra expresión llegó a acunarse en su rostro, decepción y melancólia llegaron, aún si intentaba ignorar su acción y fracaso la idea no abandonaría su mente.

Varian One-shotWhere stories live. Discover now