Capítulo 36

2.2K 203 43
                                    

Solo rezaba porque este momento fuese una pesadilla y en realidad no estuviera pasando.

Me pellizqué el antebrazo la intentar reaccionar a esta situación, pero ni el dolor me hacía mover un solo músculo. Me quedé mirando como una empanada el pedazo de anillo que me estaba ofreciendo. El anillo de compromiso que me había dado Hades me quemaba en el sujetador.

¿Y yo que le voy a decir a este? Mi madre sabe lo que me ha hecho, me puso los cuernos y aún así me ha planeado una encerrona.

- No. - respondí sin más.

Bueno, podría haber planeado algo un poco más elaborado y discreto, pero sabía perfectamente que si mi respuesta era un sí, James se ocuparía de hacer de mi vida un infierno. Era evidente en la rabia de sus ojos que no se había olvidado de aquella noche en el internado.

Recibí un golpe en el hombro de mi madre y su risa nerviosa apareció justo después.

- Qué chicos los de hoy en día, te está preguntando algo Samantha, contesta.

- Ya he contestado.

Me levanté de la silla y James también se levantó del suelo. Nos quedamos mirándonos fijamente el uno al otro y le sonreí con amabilidad.

- Muchas gracias por la petición, pero estoy segura de que no estoy preparada para casarme ni comprometerme con nadie.

Hipócrita de mi parte teniendo un bebé en mi interior. Pasé de largo y tuve la intención de volver a mi habitación, evidentemente mi madre me siguió por detrás.

- ¿Estas loca?

Me cogió por el brazo y me hizo parar para mirarla.

- La loca eres tú si piensas que me voy a casar con él.

- Te he es servido en bandeja la oportunidad de vivir bien toda tu vida, sé un poco más agradecida niña.

Por supuesto, para allá solo contaba el dinero que el hombre tuviera, le daba igual la felicidad y el amor.

- Me da igual todo el dinero que tenga, él me puso los cuernos mamá y eso no se lo voy a perdonar nunca, no quiero casarme con una persona que me ha sido infiel y que estoy segura de que me lo volverá a ser.

- Los hombres son así, es su naturaleza meter el pene en cualquiera mujer atractiva que vean, contra antes lo tengas en mente antes dejarás de sufrir por estas chorradas.

- Que tu te conformes con un hombre así no es mi problema, yo sé que valgo mucho más; puedes decirle que se vayan a su casa, no son bienvenidos por mí.

No hubo más palabras ni más discusión, subí las escaleras para meterme en mi habitación, pero casualmente en la puerta había un sujeto el cual no le apetecía ver.

- Hola encanto.

- ¿Qué quieres, Ronnie?

- Por ahí van diciendo que te has comprometido, enhorabuena.

- Pues mira he dicho que no.

Se acercó a mí con paso lento y una cara de tristeza. Levantó la mano para deslizar un mechón de pelo detrás de mi oreja.

- Oh, qué tierna, como si tu madre te estuviera dando a escoger.

- Ya te he dicho que no voy a casarme con ese.

- Encanto, tu madre lleva planeando esta boda desde que el pringado y tú os conocisteis, no creo que te puedas escaquear tan fácilmente.

- No puede obligarme a casarme con alguien al que no quiero.

20cm InolvidablesWhere stories live. Discover now