38. La universidad.

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Cada día que pasa lo que siento por Joshua sólo aumenta, y aunque me da miedo sentir tanto, me alegra demasiado que sea por él, que haya sido todo con él

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Cada día que pasa lo que siento por Joshua sólo aumenta, y aunque me da miedo sentir tanto, me alegra demasiado que sea por él, que haya sido todo con él.

¿No les pasa que miran a esa persona cuando está distraída y piensan en lo afortunados que son de poder verles, de poder escuchar su risa, de poder ver la expresión en su rostro cuando sonríen, de poder sentir sus besos y caricias? Porque yo lo veo y no puedo evitar querer saltar de emoción, de felicidad. Desde que lo conocí no sabía que se iba a convertir en alguien tan especial para mí y no me arrepiento de nada porque a su lado me siento completa, en paz, siento que puedo tocar el cielo con la yema de mis dedos, como cuando escuchas tu canción favorita sin cansarte. 

En poco tiempo se ha convertido en uno de mis lugares seguros.

— ¿Qué tanto me ves? — habla sacándome de mis pensamientos y me encuentro con esos ojitos profundos y tiernos de los que me enamoré. 

Mis mejillas se colorean de un tono carmesí y no puedo evitar sonreír tímidamente. — Eres precioso.

Su ceja se encarna y su mirada picara me hace saber lo que viene. — Eso lo sé. 

Ruedo los ojos. — Siempre tan presumido, ¿Cómo es que me gustas tanto?

— Te hice un amarre. — río ante su comentario, siempre siendo tan él. 

— ¿Cómo lo deshago? 

Él se acerca peligrosamente a mí.

Ambos estamos frente a frente, yo apoyada en una pared y él casi tocándose conmigo.

— No puedes. — su expresión tornándose más seria, más dominante. — Tu lugar es junto a mí, conmigo. 

Mi corazón empieza a latir como loco. 

Joshua posa sus labios sobre los míos, saboreando el helado en ellos, haciéndome suspirar y cosquillear con ese ligero toque. Se separa con una sonrisa victoriosa al ver el manojo de nervios y sonrojos en el que me convertí. 

— Eres tan tierna.

Antes de que pudiera decir algo, una llamada en el celular de Joshua nos interrumpe. Él mira con atención su celular y me susurra un voy a contestar antes de alejarse. Mis cejas se juntan en confusión. Por la expresión en su rostro debía ser algo importante, no es que me quiera entrometer en sus asuntos, sólo no sé, ¿Por qué se alejó? Miro a mí al rededor, detallando cada local del centro comercial para darme una idea de donde comprar mi vestido. Hemos llevado un buen rato aquí y ni siquiera he buscado un lugar donde comprar. Los minutos pasan y veo a mi novio moverse de un lado a otro, concentrado en aquella charla. Pensé que no iba a tomar mucho tiempo pero al parecer sí. 

Empiezo a juguetear con mis dedos mientras espero.

Observo a una pareja que pasa frente a mí y sonrío al ver la felicidad que emanan. Ella llevaba su mano metida en la sudadera del chico y él la tomaba suavemente de la cintura. Ambos parecían completamente perdidos en su mundo. Me pregunto si así nos veremos Joshua y yo cuando estamos juntos. 

Miro mi celular y me doy cuenta que han pasado casi 15 minutos. ¡Qué demora! ¿Con quién hablaba tanto?

Joshua, es de mala educación dejar a tu novia en su cita por ir a hablar al celular.

Hago un ligero puchero, y finalmente lo veo caminar hacía mí, guardando su móvil en su bolsillo. 

— ¡Tardaste una eternidad! — exagero un poco. Ustedes me entienden. 

Él sonríe pero su sonrisa no llega a sus ojitos como siempre lo hace. ¿Qué está mal? No me culpen, soy muy observadora y detallista, noto cuando algo se siente diferente en el ambiente o en una persona rápidamente. 

— Lo siento, florecita. — me da un ligero beso en la frente.

— ¿Pasó algo?

— Mejor lo hablamos cuando lleguemos a casa.

Mm. 

Entonces sí hay algo.

Ya ven, confíen en su intuición.

— Puedes contarme ahora, no hay problema.

Él suspira, como sabiendo que no hay fuerza en el mundo que me pueda convencer cuando se me mete algo a la cabeza. 

— Es sobre la universidad.

¿Oh?

Me confunde un poco la mención del tema y la seriedad con la que lo expresa.

— ¿Qué hay con eso?

Recuerdo que él me había dicho que no tenía un lugar específico donde ir, que había postulado a varias universidades de todas partes, de aquí como otros lugares, pero no habíamos hablado más de ahí. Se que quiere estudiar arquitectura, y se que donde la estudie será el mejor en lo que haga. Así como yo le había dicho que quería ser psicóloga. Pero eso es todo lo que habíamos hablado. Si soy sincera, yo no quería tocar mucho el tema, me daba algo de miedo pensar que probablemente íbamos a separarnos, yo esperaba que no fuera así. 

— Bueno, te dije que había postulado a algunas universidades. — Él me miraba atentamente como tratando de buscar las palabras adecuadas. — Se que te dije que no tenía ninguna como favorita, porque si te soy sincero, no pensé que iban a aceptarme. — Ya entiendo donde va esto. — Envíe todos mis papeles y portafolio de igual forma, porque no quería perder la oportunidad. —Él hace una breve pausa. — Y me acaban de llamar. 

— ¿Te aceptaron? — pregunto emocionada. 

— Si... — pero el tono en el que lo dice me hace pensar que algo no está bien.

— Felicidades, amor. — le doy un corto beso. — Te aceptaron en la universidad de tus sueños, eso es un gran logro. 

Sonrío.

Me siento feliz por él pero ¿Por qué siento que él no lo está?

— Vamos, pero ponle más ánimo. — puchereo. — Debemos salir a celebrar esto y no me puedes decir que no. 

— Rosie. 

— No me digas mi nombre o lloro. — Bromeo. Eso fue muy cursi de tu parte, Rose. 

— La universidad está fuera del país. 

Siento como si un balde de agua fría me hubiese caído encima. 

— Y debo viajar el viernes temprano para organizar todo el papeleo. 

No se que decir, quiero sentirme feliz por él pero no puedo evitar sentirme triste. 

—¿Qué tan lejos?

— Siete horas de aquí.

Siento mis ojos cristalizarse un poco pero parpadeo rápidamente para evitarlo. Siete horas estaría bien de no ser porque las clases son diarias. Es decir, sería complicado vernos cada fin de semana con tantas cosas, sería muchos gastos también. 

Estúpida distancia. 

SE VIENEEEE EL FINAAAL

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SE VIENEEEE EL FINAAAL

Desde esa noche. [ COMPLETA ]Where stories live. Discover now