Desde esa noche. [ COMPLETA ]

8. ¿Podemos hablar?

Esa mañana desperté con un humor tan terrible, ni se imaginan. No sabía como sentirme, pues Alex no era nada mío y el tema con Joshua no ayudaba mucho tampoco. Los pensamientos me estaban atormentando, al punto que ni quería ir a clases. Nat tuvo que prácticamente cargarme al baño. Estaba segura que le hubiese encantado darme unos almohadazos.

Cuando terminé de decirle a Alex que sólo tenía que decírselo sin miedo y un detalle especial ayudaría, por lo que me había contado las cosas eran mutuas entre ellos así que no debía tener miedo a ser rechazado. Sólo es dar el paso. Además, ¿Quién rechazaría a semejante bombón? Yo no por supuesto. Pero aparte de eso decidí que era momento de dejar de pensar en él y enfocarme en otras cosas, obvio no me encantaba la idea de ni haber podido decirle lo que yo sentía, menos de que él estuviera con alguien más pero debía ser madura y alegrarme porque al menos él podía ser feliz con la persona que le gustaba, si todo salía bien, claro. Contaba con ello.

Ahora era algo así como... ¿amiga de Alex? Irónico.

Y como cosa extraña, me encontraba otra vez leyendo una historia en clases porque no hay nada mejor como un buen libro para escapar de la realidad. Aunque estos me dejaran con una estabilidad emocional peor que mi nula vida amorosa.

Estoy tan metida en la historia que casi salgo corriendo cuando llega a una parte sexual y el único pensamiento que tengo es a Joshua sobre mí. Me sonrojo. Volteo discretamente a donde está el sentado y me quedo paralizada cuando veo que sus ojos están sobre mí. ¡Madre mía! ¿Acaso me leyó la mente?

Vuelvo a mirar al frente, a la profesora y trato de calmarme.

Para mi suerte el timbre suena, y rápidamente recojo todo en mi escritorio para guardarlo en mi bolso y salir del aula en modo flash.

— Oye, espérame. — grita mi amiga y detengo el paso, justo en el marco de la puerta.

Siento un mano sujetando mi brazo y el olor de esa colonia que reconozco fácilmente en todas partes.

Joshua.

— ¿Podemos hablar? — dice suavemente.

¿Por qué me siento tan nerviosa? ¿por qué mi corazón empieza a latir tan rápido al estar cerca de él? Muchas preguntas sin respuestas.

Es la primera vez que estábamos así de cerca después de todo lo que pasó.

— Claro. — mi voz apenas audible.

Empieza a caminar sin soltarme, sujetando mi mano esta vez. Nos detenemos en el patio, en nuestro lugar favorito de la institución. Casi siempre está solo y es lindo sentarse debajo de los arboles. Me gusta venir cuando quiero leer tranquilamente, o escuchar música y dejar de pensar en tonterías. O cuando Joshua y yo queremos tomar aire fresco. Es hermoso.

Nos sentamos, uno al lado del otro.

— ¿De qué querías hablar? — decido romper el silencio.

— De nada en especial. —responde, su vista fija en los arboles y la mía en su lindo perfil. — Las cosas han estado raras entre nosotros, sólo quiero que hablemos como siempre lo hacemos.

— Yo también quiero lo mismo. — Estar aquí con él me recuerda cuanto disfruto de su compañía, incluso si solo nos quedamos los dos quietos y sin hablar, sólo observando nuestro al rededor, nunca me canso. Pero una duda surge dentro de mí al recordar las palabras de mi amiga. —Pero, ¿Por qué te alejabas de mí? — ¿Acaso es verdad lo que dijo Nat? ¿Es eso? Quiero preguntar pero no lo digo. Mejor no le doy vueltas a eso.

— Sólo cosas que no sabía como lidiar. — Es lo único que dice y pienso que es mejor no forzarlo a responder nada. Él sabrá sus razones y cuando quiera puede contarlas conmigo.

Alejo esa loca idea de él gustando de mí, porque es imposible. A Joshua no le gusta nadie para una relación, nada serio.

— Nat me dijo que habías estado algo triste. ¿Puedo saber por qué?

Miro al suelo y juego con mis dedos. — Es sobre Alex.

Obviamente mi mejor amigo sabe quien es la persona que me gusta. Yo siempre soy muy expresiva con ellos y les cuento hasta el más mínimo detalle de mi vida. Si no es con ellos, ¿Con quien más? Sólo puedo confiarles todos mis secretos a esas dos personitas importantes para mí.

— ¿Qué hay sobre él? — Algo en su tono cambio pero no le presto mucha atención.

— Le gusta alguien.

Ah, que triste.

El sólo pensar en eso hace que sienta un poco de celos de la persona que tiene toda la atención del chico que me gusta. Que afortunada.

— Entiendo. — Estamos mirándonos mutuamente a los ojos, pero la intensidad con la que él lo hace me pone nerviosa. — No es bonito no ser correspondido. — Y la forma en que lo dice hace que me cuestione si está pasando por lo mismo.

— ¿Alguna vez no has sido correspondido? Aunque nunca te he visto confesarte a alguien, o que te guste alguien así.

Sus ojos, esos profundos y tiernos ojos oscuros, tan penetrantes.

— Si. — no dice más nada y junto mis cejas en confusión.

¿Si ha estado enamorado? ¿Le gusta alguien? ¿Si qué?

— Pero no hablemos de eso. — vuelve a hablar.

¿Desde cuándo es tan misterioso y reservado?

Muevo mi cabeza en asentimiento y volvemos otra vez a quedar en silencio. Si ya habíamos hablado y aclarado todo, ¿Por qué seguían los silencios incomodos? ¿Es que las cosas iban a ser así siempre?

Lo veo mirar a la nada fijamente y me pregunto qué estará pensando tanto.

Estoy llena de preguntas y odio eso.

Él se levanta, supongo que se va.

— Oh, se me olvidaba. — Se dirige hacía mí. — Los chicos están organizando una fiesta el viernes en casa de Dean. Dile a Nat también, así vienen y nos divertimos.

Y empieza a caminar lejos del lugar.

Una fiesta, justo lo que necesito para despejar la mente.

Ya quiero que sea viernes.

holiss, gracias por todo el apoyo, gracias por leer, por votar, por sus comentarios que me emocionan <3.

preguntita: ¿Cómo conocieron la historia?