Capítulo 15: Traidor

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Vuelvo a entrar al centro. De nuevo siento las miradas de la gente; y el viento soplando en mi cara, en dirección opuesta a la que voy.

Ignoro todo y camino hasta avistar el ayuntamiento.

En el recibidor, hay una especie de secretario.

—¿Detective Fisher?

—¿Dónde está el alcalde?

—Se fue a casa hace media hora.

—¿El detective Miller lo acompañó?

—Sí. ¿Qué está pasando?

—¿Dónde vive?

—¿Qué?

—¡Necesito la dirección del alcalde ahora!

—Dos cuadras al este de aquí.

 Salgo corriendo tan rápido como el aire.

Cuando me acerco, veo a muchas personas en la calle. Es como si huyeran de la casa del alcalde. Gritan, pero no me escuchan. Les pregunto por lo que pasó, pero solo me ignoran. Van rumbo al ayuntamiento y en segundos desaparecen de mi vista.

Una vez frente al umbral del alcalde, veo agujeros de baja en las paredes. Incluso hay algunas ventanas rotas. Los edificios de los alrededores tienen la puerta abierta, y se ven vacíos.

Giro la perilla y una vez más, está abierto.

Parece que un tifón pasó por la sala principal. Hay objetos tirados y rotos por doquier. También hay señales de que alguien peleó ahí: muebles volteados, luces apagadas y sangre en algunas partes. La insignia esmeralda del anciano está en el suelo. La recojo y sigo mi camino.

Espero no haber llegado muy tarde. No puedo creer que Miller sea capaz de esto. No puedo creer que Miller nos haya engañado a todos.

Entro a la cocina y el escenario es similar, salvo porque veo al... detective golpeado, atado y amordazado en una esquina.

Si no fuiste tú, entonces quién...

Detrás de mí, escucho un ruido metálico.

Volteo rápido y una sombra encapuchada me apunta con una pistola.

Me tiro sobre ella y ambos caemos al suelo. Le agarro el brazo e intento arrebatarle el arma. Forcejeamos con la pistola y se nos dispara dos veces. Una a la pared, y otra al techo, destruyendo un foco y haciendo que pedazos de vidrio caigan sobre nosotros.

Al fin logro quitársela, pero antes de disparar habla.

—Espere detective. Soy yo. El alcalde—. Se quita la máscara y en efecto, es el alcalde.

Bajo el arma y le ayudo a levantarse.

—Detective Fisher, que bueno que llegó.

—¿Le gustaría decirme qué está pasando?

—Me alegra informarle que hallé al otro cómplice del capitán Carter. Era el detective Miller.

Miro de arriba abajo al alcalde. Viste como un auténtico asesino a sueldo, con ropa negra y una capucha que cubre toda la cara. Miro su pistola. No es una pistola policiaca ni nada que se encontraría en la armería de la central. Miro a Miller maniatado en la esquina. No sé cómo sigue vivo.

—Señor, no se lo tome a mal, pero el que parece un cómplice es otro.

—Permítame explicarle. El detective Miller intentó asesinarme. Me escondí, y me vestí así para sorprenderlo. Funcionó. Ya hasta me confesó que ayudó al doctor a matar a la escritora.

Los misterios del caso JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora