Capítulo 12: En las celdas...

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La noche es oscura y silenciosa. En la calle, en el cuartel, en toda la comisaría no se ve una luz, ni se escucha un sonido. El ruido del viento desapareció, y la luz de la luna que se colaba por la ventana se dispersó.

Solo frente al cadáver del capitán Carter: el mayor héroe y traidor del pueblo, hay estruendo.

—El jefe era un traidor Liz. No podía permitir que hiciera más daño.

—De qué mierda hablas.

—Solo piénsalo un momento.

—¿Qué se supone que debo hacer contigo ahora?

—¡Nada! —dice Miller entrando a la comisaría—. No tocarás al único policía que sirve en este lugar.

—Miller. Te daba por muerto.

—Tranquilo Fisher, ahora yo me encargo.

—Miller. James asesinó al capitán de la policía. No sé quedará así.

—El jefe hizo explotar la imprenta... entre otras cosas. Mira bajo su vendaje. No encontrarás cortadas ni cicatrices. Encontrarás quemaduras. Lo vi, pero nadie me creería... Si quieres arrestar a James deberás pasar sobre de mí. —responde sacando su arma.

—Tranquilos detectives. Aceptaré pasar en la jaula una noche. Al menos así estaré más seguro, pero Liz mira la foto en el botiquín.

—No tocará al detective Fisher. —Taylor se suma, apuntando con su arma a Graham.

—Taylor, no seas tonto. Ayuda a John. Lleven a Scott a un hospital cuanto antes. Miller, ve a la academia. De seguro ahí está el director con un par de policías. Tráelo y les explicaré todo, a todos los detectives.

—Mientras iras a la celda.

—¡No!

—Miller. Es una orden.

—No te dejaré solo con ella. Te matará.

—No temo a la detective Graham ni a lo que pueda hacer.

—¿De verdad crees que ella no sabía que el capitán tenía algo que ver? Ella creció aquí y sabía todo. Te mintió. Es parte de esto.

—Le creo Miller. Confía en mí una vez.

Taylor y John cargan a Scott fuera del edificio. El anciano baja su arma también sale.

La detective me esposa y me lleva abajo. A las celdas.

—No lo puedo creer James. Ese hombre mantenía al sistema de justicia estable. Era mi trabajo protegerlo. Mi única tarea era salvarlo y ... fallé.

—Liz, no te puedes culpar por esto. El capitán no era quien aparentaba...

—¡Cállate! ¡Solo cállate! Confié en ti James. Me jugué mi trabajo y mi vida por ti. Debías salvar al pueblo, no sumarlo en la anarquía.

—Pero ¿qué tenemos aquí? —dice el carnicero, sacando los brazos por los barrotes.

Liz lo ignora y me lleva a una celda frente a él.

—Así que mataste al capitán de la policía. Y yo creí que con asesinar al mejor detective era suficiente. Tienes mi respeto, «detective» Fisher. —Hace una reverencia burlona—. Es una lástima que la perra del pueblo te atrapara también. Me disculpo por no asesinarla como a sus padres.

—¡Si vuelves a abrir la boca te arrepentirás! —Liz se para frente a su celda.

—Supongo que después de tantos años sigues siendo la niñita asustada que saltó por la ventana dejando morir a su familia. —Voltea a verme—. Que no te intimide amigo, yo te protegeré.

Los misterios del caso JonesHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin