- ¿Qué tal en quirófano?

- Bien. Muy bien. ¿Y tú qué tal?

- Bueno... ya me ha estado contando Mónica...

- Pues... te veo con muy buena cara.

- Ya sabes lo que se dice, al mal tiempo... - bromeó.

- Lo cierto es que es una suerte tenerte de vuelta. No sabes los pejigueras que hay por ahí. No había manera de convencerlos que tu ausencia era temporal.

- E imagino que lo que ha dicho la prensa no ha ayudado en nada.

- ¿También te han contado eso?

- Sí. Por cierto, quiero leer todos esos artículos antes de dar la rueda de prensa.

- ¿Qué rueda de prensa?

- La que daremos mañana, Mónica no está muy convencida, pero... creo que no tenemos muchas más opciones para cerrar algunas bocas.

- ¿Estás segura de que quieres hacerlo?

- No – sonrió negando con la cabeza – pero debo hacerlo. No puedo permitir que todo este esfuerzo se quede en nada por mi culpa.

- Por tu culpa no es, Nat.

- Sabes a lo que me refiero y... no voy a consentirlo.

- Pero... sabes que van a preguntarte por... las pintadas... por el asalto y...

- Sí, soy consciente de que me preguntarán por todo, pero ya hablaremos de ello, antes... quiero... comentarte algo – balbuceó adoptando un aire de seriedad.

- Siento no haber podido venir antes, Nat – la interrumpió disculpándose creyendo que su seriedad se debía a ello.

- No te preocupes. Es normal... si no sé cómo habían sido capaces de poder con todo.

- Bueno... hemos tenido que contratar a un par de personas...

- Ya... Raúl – soltó su nombre con desprecio y Cruz lo percibió al instante.

- Tiene buen currículo, trabaja bien con Mónica y... necesitábamos otro médico en el campamento. Adela tuvo que quedarse aquí un montón de días, ¡no sabes lo bien que se le da lidiar con la prensa! – se justificó.

- Sí, Ade siempre ha sido muy buena en las relaciones sociales – suspiró echándose hacia atrás en el sillón.

- Nat... ¿por qué no te vas a casa y descansas? son casi las seis y por hoy... ya está bien.

- No. Voy a esperar a Fernando, además... quiero leerme esos artículos y terminar este montón de papeles.

- ¿Qué querías decirme?

- Eh... sí... quería que le echaras un vistazo a esto – rebuscó en el archivador de la derecha y sacó el expediente que Germán le había dado con todas sus analíticas justo en el momento en el que el busca de Cruz comenzó a sonar.

- Perdona – dijo levantándose – es Claudia, estamos teniendo problemas con una pequeña que ingresó hace unos días. Tengo... tengo que irme...

- Eh... - la miró con la carpeta en la mano y terminó por soltarla – claro... claro... ve.

- Luego me paso y me comentas eso – le sonrió.

- Sí, tranquila – suspiró quitándose las gafas cansada viendo como Cruz salía a toda velocidad – no corre prisa – murmuró pensando en Alba y la promesa que le había hecho de hablar con ella.

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