Deal-Breaker -Ron Weasley

8. Madrugadas

Me desperté aturdido por un fuerte dolor de cabeza y una oleada de náuseas. Me incorporé lentamente mientras mis ojos se adaptaban a la oscuridad.

Afuera todavía estaba oscuro.

Gemí y me incliné hacia la mesa junto a mi cama para comprobar la hora. Efectivamente, apenas eran las tres de la mañana. Puse mi cabeza en mis manos mientras los horribles recuerdos de la noche anterior volvieron a mi cabeza. Al darme cuenta de que tengo sentimientos por Ron, Ron y Celeste besándose, yo siendo un idiota y besando a Dean, Dean rechazándome públicamente, emborrachándome tanto que me desmayé, Ron tuvo que llevarme de regreso a mi habitación.

Mierda. Ron estaba en mi cama ahora mismo.

Giré mi cabeza hacia un lado para ver a Ron durmiendo a mi lado, su boca colgando abierta y sus brazos extendidos hacia los lados mientras roncaba desagradablemente fuerte.

Y aquí me senté junto a él con solo mi sostén y mi ropa interior.

¿Por qué borracha soy tan idiota?

Tiré las mantas a un lado mientras mis ojos se posaban en la pila de ropa que había tirado al suelo antes. Rápidamente me los puse antes de volver a meterme en la cama, haciendo mi mejor esfuerzo para no molestar a Ron mientras dormía tan… pacíficamente.

No podía volver a acostarme, tenía demasiadas náuseas. Tuve que apuntalar mis almohadas para poder sentarme en la posición más cómoda posible.

De repente, una sensación terrible se apoderó de mí cuando me levanté de un salto y corrí al baño, arrodillándome frente al inodoro de inmediato.

" 'No tendré resaca' mi trasero." dijo la voz ronca de Ron detrás de mí. Giré la cabeza para verlo de pie en la puerta de mi baño, frotándose los ojos y sonriendo levemente.

"Cállate." gemí, apoyándome contra el inodoro. "No tienes que frotarlo. Ya me siento fatal."

"No puedo decir que esté sorprendido." respondió Ron con voz entrecortada, acercándose a mí y arrodillándose detrás de donde yo estaba sentada. "¿Ahora puedes decirme por qué bebiste tanto?"

"Porque me volví completamente loca." disparé. "¿No te acuerdas?"

"No estuvo tan mal." trató de consolarme Ron.

"Fue bastante malo." respondí, volviéndome para mirarlo mientras me sonreía, todavía de rodillas detrás de mí.

"Aquí, te traeré un poco de agua." se ofreció, levantándose y acercándose al fregadero para tomar una taza. "Sabes, este probablemente no sea el mejor momento, pero me gustaría señalar que estoy más cerca de ganar la apuesta en este momento." agregó, la perilla del grifo chirrió y la giró.

"Soy consciente." gemí débilmente, reuniendo todas mis fuerzas para ponerme de pie y bailar el vals hasta la encimera del baño y tomar la taza de las manos de Ron. "Gracias."

"Veo que te has puesto algo de ropa." se burló, mirándome de arriba abajo antes de estallar en carcajadas.

"Ya no me recuerdes nada de anoche. Preferiría olvídarlo." murmuré, caminando de regreso a mi habitación.

"Bien, bien. Te complaceré, pero solo porque estás enferma." bromeó, siguiéndome mientras me sonreía siniestramente. Le devolví los ojos entrecerrados y le devolví una sonrisa falsa.

Los siguientes momentos pasaron en silencio mientras bebía mi agua sentada con las piernas cruzadas en mi cama, Ron se sentó a mi lado. Él mirándome un rato antes de que se echara a reír.

"¿Qué?" pregunté.

"Nada." respondió rápidamente, pasando una mano por su cabello. "¡Oye, es Nochebuena!"