Día 23. Mudanza.

96 7 0
                                    

Aquella noche del 31 de octubre de 1991 solo Lily falleció. James quedó destrozado, viudo, uno de sus mejores amigos en Azkaban y con un niño de un año al que apenas tenía idea de cómo cuidar.

Fueron meses duros, viviendo en una casa vacía sin el amor de su vida y un Harry cada vez más activo que no volvería a ver a su madre nunca más.

— Creo que es momento de que te mudes— Sugirió Sirius, preocupado una tarde que los visito. Hacía más de un año que los hechos habían ocurrido.

James le lanzó una mirada fastidiada, Remus y Sirius decían lo mismo, él lo sabía, dormía poco, Harry tenía muchas pesadillas, estaba confinado a trabajo de escritorio en el cuartel de aurores y extrañaba mucho a su esposa.

— No quiero mudarme.

Sirius frunció los labios, frustrado. Su amigo lo estaba pasando mal y de pronto una idea que llevaba tiempo rondando en su mente llegó a él.

— ¿Qué tal si nos mudamos juntos? Como en los viejos tiempos.

— No creo que sea una buena idea...

Sirius sacudió la cabeza, realmente era una buena idea.

— No, escucha. Sería genial, te ayudaría con Harry, el pequeño cachorro me ama, ¡incluso podría ayudarte a volver a las misiones de campo!

El pelinegro aún se mostró reacio, y el llanto de un pequeño Harry los interrumpió, James se levantó, mostrándose aliviado de no seguir con esa conversación, pero Sirius no iba a dar su brazo a torcer, por lo que fue junto con James al cuarto de Harry y fue el quién lo calmó. Cuando pudieron volverlo a dormirlo, Sirius siguió insistiendo y traes un par de copas y muchos malos chistes, James acepto.

*****

Sirius se encargó de todo. Compro la casa, decoró (Remus decoró), le compró a Harry muchos juguetes y al fin, un mes después de que James aceptara, podían comenzar a mudarse.

Llevar sus cosas fue fácil, incluso las de Harry, el pequeño bebé se veía entusiasta en su nueva habitación y sus nuevos juguetes. Sin embargo, las cosas de James...

Fue difícil para él, todo en la casa, era de su vida junto a Lily, empacar se sintió como arrancar las partes que habían formado parte de ella en su vida. Antes de marchar y dejar su casa en Godric's Hollow dejo a Harry cargo con Sirius y se encerró en el baño a llorar. Cuando regreso con los ojos rojos e hinchados, Sirius no dijo nada, solo puso su mano libre en su hombro y James no pudo estar más agradecido de tenerlo como amigo.

Desempacar las cosas de Harry fue sencillo, el pequeño paso horas caminando torpemente y cayendo cada dos por tres en su afelpada alfombra, James tardo un poco más en acomodar sus muebles y objetos personales.

Cuando llegó el momento de desempacar la última caja, está tenía muchas fotos de él y Lily. Su mano tembló, cuando sostuvo una, de antes de casarse. Era otoño y ambos sonreían a la cámara, James ponía a Lily a dar vueltas con él en un baile improvisado. Una solitaria lágrima mancho el cristal de la foto. La extrañaba tanto.

— James, no te enojes, pero Harry cambio la alfombra...— Sirius exclamó bullicioso, entrando a su habitación, pero al verlo su voz se apagó.

James levanto la mirada de la foto y vio a su mejor amigo, parado en la puerta, su mirada llena de simpatía, extendió los brazos y James se dejó envolver en un abrazo muy apretado.

— Tantos días que no tendremos...— Sollozó, mientras Sirius lo mecía y acariciaba su cabello.

Se quedaron callados unos momentos, hasta que Sirius lo soltó y sostuvo sus hombros, como su estuviera sosteniendo la vida y cordura de James, tal vez eso hacía.

— En tu corazón llevas los días que tuvieron, hermano. Ella habría querido que no olvidarás eso.

James le regaló una sonrisa desganada, sabiendo que Sirius tenía razón y que podía hacerlo, que era momento de seguir, su corazón estaba destrozado y estaba seguro que no volvería a amar de nuevo, pero haría todo lo posible porque ese dolor dejara de gobernar su vida.

Tuvo días duros, días en los que seguir era complicado, pero James solo necesitaba regresar a casa, su hogar, cálido con la sonrisa de Harry y el silencioso apoyo de Sirius, para saber que había algo por lo que valía la pena vivir.

Fluff-tober 2021Where stories live. Discover now