𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖘𝖊𝖎𝖘

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𝔄𝔩𝔭𝔥𝔞𝔯𝔦𝔞

Alpharia.

Si las lluvias en Atria eran a veces terribles dependiendo la temporada, Taehyung puede confirmar que en Alpharia es peor. El clima o es demasiado caliente o, demasiado frío.

Y, en el caso de las lluvias, parecían ser gotas pesadas y calientes conforme cada vez avanzaban más al reino. Las personas decían que era debido al volcán que había estado activo los últimos días, por eso, la lluvia era más pesada y tenía un olor a azufre. El omega estaba casi seguro que, todo ese mal olor era debido a los muertos y como morían calcinados, no por un volcán que se encontraba a kilómetros de distancia de ellos.

Su cuerpo dolía horrores debido a la mala postura en la que durmió anoche, aunado que, en la madrugada comenzó a llover, así que, toda la tierra café donde durmieron ahora estaba hecha lodo. Temblaba fuertemente debido al frío que lo cubría por encima y por debajo, el barro se aferraba a su cuerpo.

Las cadenas en sus manos se encontraban pegajosas y sucias. Él, como el resto de los omegas estaban encadenados a un poste de madera clavado al suelo, morían de hambre, acostados o de pie entre sus propios desechos, mugre y otras cosas que es mejor no mencionar.

Las lagañas se pegaban entre sus parpados y le costaba respirar, el mal olor era nauseabundo y sentía que sus pulmones no tenían casi nada de aire limpio. Sus ojos dolieron cuando tuvo que abrirlos de golpe, sintiéndolos pegajosos por la humedad.
Los fuertes gritos lo sacaron de sus pensamientos sin rumbo, la cabeza le dio vueltas al sentarse y tuvo que sostenerla entre sus manos para que dejara de hacerlo.

— ¡Por favor! ¡POR FAVOOOR! — se escuchaba sus fuertes lamentos — Ayúdenme, ayúdenme.

Rápido, todo el ambiente cambió. Los olores asquerosos fueron cubiertos por las feromonas del grupo de los omegas que se esparcieron por el aire.
Su cabeza aun punzaba y trataba de ponerse de pie, pero el constante movimiento alrededor que sonaba de las cadenas hacían poner a su lobo demasiado nervioso.

Por inercia, su mano izquierda dio a parar por encima de su vientre y él mismo se quedó demasiado quieto, tratando de procesar lo que acababa de hacer.

Cachorro, fue lo único que dijo su lobo.

De repente, sintió pesado el estómago, sintiendo la culpa dentro de si mismo. Pero, su deseo de supervivencia era aún más fuerte. Haciendo su agarre más fuerte, protegiendo lo que está en su interior.

— ¿Qué...? ¿Qué pasa? — apenas pudo hablar. Sintiendo la amargura en la garganta y la boca seca.

— Un bebé — dijo otro omega — Ya viene... un bebé.

Los alaridos y gritos seguían llenando el ambiente. Una mujer se acercó al omega que estaba pariendo en ese momento y cubrió su boca con un pedazo de tela, amortiguando el sonido.

𝐋𝐄𝐀𝐕𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐋𝐏𝐇𝐀 ᵏᵒᵒᵏᵛWhere stories live. Discover now