CAPÍTULO XIX

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Dash

La vi marcharse. Vi como alejaba su lindo cabello largo que se movía al compás que sus caderas se contorneaban.

Ella tenía en cierta parte la razón; ni yo mismo me comprendía, el hecho de decirle que se mantuviera alejado de este problema andante, que en lo absoluto le convenía estar cerca de él, y es que era cierto.

No conocía nada de ella, pero podía ver que era un alma tan inocente, tan buena, tan pura, era tan linda que me odiaba a mí mismo por traerla continuamente a mi desastre. Me prometía que no la buscaría más, que era muy egoísta de mi parte buscarla cada vez que necesitaba saciar ese anhelo tan imprudente de observar esos lindos ojos.

Esa chica desde que entró a la biblioteca había avivado ese interés que había perdido de cualquier cosa que se tratase, pero ella no merecía ser manchada por una persona como yo, tan inestable, alguien que no tenía nada que ofrecerle más que el peligro y todo un pasado con el que ni yo mismo era capaz de cargar.

Respiré profundo y emprendí el camino nuevamente hacia la biblioteca.

Había salido hoy porque Luke me contó sobre lo sucedido en la iglesia del pueblo. Alarmado me llamó diciendo que un hombre había robado lo elementos litúrgicos dejando una nota muy contundente. Decidí salir al bosque a ver si veía algún rastro del hombre, pero había sabido escabullirse muy bien para no dejar rastro de evidencia alguna que la policía pudiera llegar a donde sea que se escondiera.

Sabía que mis enemigos en potencia era Akram y Hasam, pero ellos se encontraban en manos de Azahar quien según él me decía los atendía muy bien. No obstante eso no significaba que todo el peligro se había ido. Eran hombres con muchas influencias y aliados alrededor del mudo que estaban dispuestos a sacarlos de allá.Si bien Akram y su aliado eran también odiados por muchos clanes y grupos ilícitos, ellos no se iban a dejar quitar tan fácil su puesto de líderes que había ocupado Azahar con su equipo. Así que ellos podían estar detrás de este robo tan repentino en una zona tan segura como esta.

Volví a la biblioteca y escuché a Britney Spears resonado en mi habitación. Tenía suerte que la propiedad estuviera muy alejada del resto del pueblo y que fuera un edificio tan grande que el sonido podía llegar a perderse.

Caminé hasta la puerta y vi a Melody saltar en mi cama con un guante de boxeo usándolo como micrófono. Toqué mi cien exasperado.

Esta chica iba a conseguir que me estallara la cabeza con sus conciertos.

Cuando me miró, sonrió ampliamente y siguió cantando a todo pulmón. Hizo movimientos pélvicos ridículos y reboleaba su cabello.

Cuando la canción por fin terminó, se bajó de la cama con su cabello pegado a su rostro sudado. Se veía fatal, pero su sonrisa compensaba todo.

―Llegaste.

Asentí y le di un abrazo pese a su sudor.

Mi hermana era lo único que me quedaba y estaba dispuesto hacer lo que fuera para que esa sonrisa tan bonita nunca más fuera arrebatada.

―Hice algo de comer― dio un saltito alegre―.Bueno, lo intenté, porque con esa cocina tan poco convencional mucho no se podía lograr.

Reí y la seguí al tercer piso donde había dos platos de pasta con lo que de seguro era salsa de tomate. Me pasó un tenedor y nos sentamos en el sofá.

― ¿Cómo estás? ― preguntó ella. Sabía que evitaba hacerme esa pregunta. Sin embargo a veces le era inevitable.

Jugué con la comida en mi plato, rebuscando una respuesta que no fuera mentira, pero tampoco la hiciera preocuparse.

― He estado viendo a la chica― confesé antes de poder siquiera pensarlo.

Ella se sorprendió y un brillo en sus ojos grises hizo presencia.

― ¡¿Y que han hablado?! ¡Vamos, dime! ― se emocionó más de lo que se pudiera esperar.

Reí sin ponerle muchos ánimos al asunto.

― No mucho. Nuestros encuentros no es que sean muy dignos de recordar.

Ella resopló y dejando de lado el plato de pasta, se acomodó en su sillón de una manera más cómoda y me miró, como madre mira a su hijo cuando lo regañara o le dará algún consejo sabiondo.

―Dash, déjame decirte que si un chico como tú se me acerca tan raramente, mi reacción no sería muy buena­― me amenazó seriamente con el tenedor que sostenía fuertemente y prosiguió­―: a lo que me refiero, Dash, es que tu actitud muchas veces no deja que las personas lleguen a ti.

― No quiero que lleguen a mí.

― ¡Por dios! Siempre quieres estar solo y crees que es lo mejor.

― Arienne es una chica muy buena como para meterla en toda esta mierda.

― Dash, a veces las personas más puras son las que pueden ayudarnos. Debemos rodearnos de personas que nos aporten, nos ayuden, nos den un poco de paz en medio de todo el caos.

― ¿No sería muy egoísta? Dime Mel ¿No sería muy egoísta de mi parte hacerla acercarse a un hombre como yo?

― ¿Quien busca a quién? ―reclamó

―Yo...― dije avergonzado―. Ella solo me buscó dos veces. Desde ahí soy yo el idiota que de alguna manera u otra termina cerca de ella.

―Entonces decídete, pero no estés dando vueltas con que si con que no, porque eso es exasperante. Así que si dices que eres un egoísta por querer que algo lindo entre a tu vida, entonces mantente alejado del todo― se levantó enojada.

Tiré el plato de comida en la mesa. Recosté mi cabeza en el sofá. Me sentía extremadamente agotado, tanto física como mentalmente.

Esa chica solo había complicado absolutamente todo. Si nunca hubiera venido seguiría con mi vida, esconderme, luchar con mis ataques y sobrevivir como pudiera. No tendrá que ir en contra de mis deseos por estar cerca de una chica por no hacerle daño o meterla en este mundo de mierda.

No podía conmigo mismo y a veces la vida me pesaba tanto como para sumar una carga adicional. Ya le había hecho daño a mucha gente a mí alrededor como para agregar una persona más a la lista.

Rebusqué en mis bolsillos un cigarro y mi ira y frustración aumentaron cuando noté que ya se había acabado la cajetilla. Lancé la caja con rabia y bajé a mi habitación a ponerme los guantes de boxeo para callar mi mente por un rato, o al menos intentarlo.

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VOLVIMOSSSSS.

ENIGMAWhere stories live. Discover now