CAPÍTULO I

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Arienne.


Mi historia comenzó...no esperen, me retracto.

Nuestra historia comenzó unos meses atrás―9 para ser totalmente exactos―cuando yo un día no muy razonable que digamos decidí ir por primera vez a esa monumental biblioteca que había sido abandonada ya varios años atrás.

Todo sucedió tan inesperado y repentino. Nunca se me entrelazó por mi loca cabeza que en esa biblioteca yo podía llevarme una sorpresa que sería agradable o absolutamente lo contrario, depende del punto de vista en que tú quieras verlo.

Puedo decir que desde que habito con mi madre en este pequeño y acogedor pueblo, he escuchado infinidades de teorías sobre porque aquella tan impresionante y amplia biblioteca fue clausurada un día sin dar una explicación pública de aquella tan descabellada decisión. Unos aseguran que fue debido a que uno de los encargados de fundar ese emplazamiento escondía un significativo secreto, que desafortunadamente fue descubierto. Mujeres aseguran de que era un hombre de una mediana edad quien poseía una gran cantidad de dinero y que un día fue hurtado, pero no se sabe a ciencia cierta si el testimonio que revelaban aquellas sujetos fuera real o al menos de confiar, pues ese hombre no dejo huellas ni rastros que permitieran dar con su identidad.

Otros individuos aseguran que la señora bibliotecaria un día sintió que se empezaron a originarse hechos horripilantes según lo narran las personas. Gritos desgarradores se podían percibir en las diferentes plantas con las que contaba ese establecimiento y que una noche debido a esos acontecimientos, la señora fue perdiendo la cordura a tal punto de tener que ser internada en un hospital psiquiátrico, pero como lo dije antes, tampoco se puede afirmar con seguridad de que aquello sea verdad.

Cada vez ese lugar despertaba más curiosidad en mí. Varias veces había tenido la intención de acercarme, o hasta entrar allí, la cual su fachada ya se encontraba deteriorada por falta del mantenimiento necesario, pero no había tenido la suficientes agallas hasta ese día, donde yo tuve la fortuna, o tal vez, la maldición de poder confirmar que una de los tantos rumores que se oían en todo el pueblo, uno era verdadero.

Ahí fue donde empezó todo.

Un atardecer donde yo me encontraba sola en casa, ya que mi madre tuvo que abandonar el pueblo para desplazarse hasta la ciudad por unas diligencias que tenía que hacer ella ya que se encontraba al mando de la coordinación y preparación de la fiesta que se realizaba en el pueblo, con el fin de recaudar fondos y desarrollar obras benéficas.

Mi insaciable curiosidad ese día le ganó a mi coherente razonamiento. Solo bastó que mi madre me diera una hora fija de su regreso para después marcharse.

Esperé aproximadamente media hora para cerciorarme por completo de que no haya olvidado alguna pertenencia y no me hallara en casa.

Y ahí me encontraba yo; estática, justo al frente de esa gran construcción llena de detalles hermosos que todavía se podían observar con claridad a pesar de su indudable desgaste y escasez de pintura. Estaba segura que si hubieran mantenido esta biblioteca disponible a la comunidad, sería uno de los grandes monumentos que guardaría nuestro país.

Tomé una bocanada profunda e introduje mis pequeñas manos en mi suéter para poder controlar un poco la baja temperatura que tenían estas. Subí las escaleras pausadamente por si acaso me disuadía de entrar a ese lugar, que a simple vista posiblemente podía servir como escenario ideal para filmar una película de terror.

El trayecto de las escaleras se me hizo más corto de lo que yo hubiera querido. Saqué mi mano derecha de mi suéter y toqué tres veces la inmensa puerta de una madera que se podía notar que tan antigua era.

ENIGMAWhere stories live. Discover now