Capítulo XII

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- M-marinette... - el nombre de su esposa salió de sus labios con nerviosismo, causando que la de ojos color oliva la mirara con sorpresa.

Aprovechando el momento de distracción de la castaña, Adrien caminó a paso apresurado hacia Marinette, quien seguía con la misma expresión incierta y seria desde que había entrado a la oficina.

La italiana, comprendió a la perfección la situación en la que se encontraba. Estos dos no había cambiado nada desde que ella cambió de preparatoria.

Por lo tanto, creando un gesto sorpresivo que debía convencer a ambos, se acercó a la azabache a paso acelerado.

- ¿Marinette? ¿De verdad eres tu? - se hizo la desentendida mientras caminaba hacia ella - ¡Oh Santo Dios! Tanto tiempo sin verte, ¿cómo has estado? - la abrazó dejando a Marinette congelada ante su acción - ¿Qué pasa?, ¿no me reconoces?, soy yo, Lila, fuimos compañeras en el colegio, ¿recuerdas? - al separare y verla tan tiesa en su lugar le fue inevitable el comentar aquello.

- Lila... - murmuró la ojiazul virando la mirada hacia su marido, quien sudó frío sabiendo que esto le traería un problema.

- ¡Si! ¡Que gusto que te acuerdes de mi! - la volvió a abrazar, dejando a su cotraria todavía más confundida - Pasaron varios años, pero por lo que veo ustedes siguen juntos... ¿no es así? - aparentó una sonrisa emocionada.

- Así es - habó ahora Adrien, acercarcándose a ambas mujeres y parándose detrás de su esposa - Nosotros...

- ¡Estamos casados! - soló la azabache interrumpiendo al rubio después de haber salido de ese pequeño transe en el que se encontraba - Felizmente, casados...

Adrien podía jurar ver rayos lasers salir de los ojos de ambas, sabiendo que si no interfería lo antes posible, un gran escándalo se produciría dentro de su oficina.

De todas formas, y previo a que éste hablara, Lila se le adelantó.

- Me alegro mucho por ustedes... - masculló entre dientes y apenas moviendo los labios - Bien, si me disculpan, debo volver a mi trabajo - esquivó a la pareja dirigiéndose a la salida de la oficina.

- ¿Trabajo? - Marinette miró a Adrien levantando una ceja confundida - ¿De qué trabajo está hablando? - murmuró al final.

La pregunta de la azabache hizo que Lila detenga su caminata mientras una sonrisa socarrona se dibujaba en sus labios.

- Bueno... - la castaña se volteó aportando una postura desconcertada, volviéndose a acercar a ellos e interrumpiendo al rubio.

- ¡Si! - exclamó con entuciasmo - ¿Podrás creer que tuve la suerte de ser la candidata elegida para el puesto como secretaria de Adrien? - quedó parada nuevamente frente a ellos - Ahora los tres seremos compañeros de trabajo igual que cuando estabamos en secundaria, ¡¿increíble, verdad?! - el matrimonio quedó pasmado sin saber que contestar - En fin... supongo que debo volver a mi puesto de trabajo - regresó por sus pasos llegando a la puerta - Si precisas de mi ayuda no dudes en llamarme - le guiñó un ojo antes de salir por la puerta.

El despacho del rubio volvió a quedarse en completo silencio, con la pareja mirando hacia donde había salido Lila.

Adrien observó a su esposa por el rabillo del ojo, sabiendo que si no decía algo en ese momento, la que se le avecinaba podría (y sería) mucho peor.

- Entonces... ¿cómo amaneciste Bogaboo? - sudó frío al ver a Marinette voltearse hacia él, viendo como levantando una ceja en el proceso - ¿Te amo? - sonrió de forma nerviosa, mostrando su blanca dentadura.

- ¿Cuándo ibas a decirme que ella sería el reemplzo de Collette? - fue directo al grano mostrándose igual de seria - Y lo más importante, ¿por qué parecía que quería colgarse a ti como garrapata hambrienta? - preguntó cruzándose de brazos.

Ceci Est Notre Début [Adrinette - MLB]Where stories live. Discover now