Capítulo 17

19 3 5
                                    

El camino que recorremos hacía a la casa de Ryder es de tierra, y con los charcos que quedaron en algunos posos por la nieve se forma una linda pista de barro, pero puedo conducir sin problema, no fue broma de que conduzco bien

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El camino que recorremos hacía a la casa de Ryder es de tierra, y con los charcos que quedaron en algunos posos por la nieve se forma una linda pista de barro, pero puedo conducir sin problema, no fue broma de que conduzco bien. No fue por presumir lo que le comente al tío de John, mi padre a los quince años me enseñó a conducir.

Al principio fue un desastre, tenia tantos estímulos sensoriales que poco podia controlarme, choque varias veces con arboles, container de basura y hasta basureros; pero de a poco y con práctica pude darme cuenta que esos estímulos eran pequeños reflejos premonitorios de mi mente, me adelantaba a cualquier cosa que podia llegar a pasar por mi ruta pero terminaba chocando por no tener una mirada y mente en un punto fijo. Gracias a tanta practica, no solo de manejo sino de mente soy una conductora con reflejos de rayo.

Justo antes de llegar a la entrada, donde está la camioneta de Ryder estacionada, me encuentro con una zona con mucho bosque con rocas, musgo y pinos. Si bien la mayoría del camino estaba rodeado de pinos y árboles con musgo, aquí se concentra un poco más de vegetación como cubriendo la vista de la casa vidriada con la que me chocó al detener mi humilde camioneta.

¡Jodeme, que me masticaron y me escupieron justo frente a la casa de los Cullen!

Bueno quizás exagero un poco, es una casa imponente por los grandes ventanales, los techos altos, y los grandes escalones de concreto para llegar a la entrada, pero es solo de un piso, y aunque tiene un aire de arquitectónico se destaca también lo rústico que combina a la perfección con el bosque que la rodea. Una casa preciosa.

Le pido a John que me baje del asiento a su lado, mi bolso y nos encaminamos todos a la entrada. Justo cuando subimos el primer escalón de la entrada, la gran puerta de madera maciza se abre y un niño de rizos rubios con una gran sonrisa sin dientes nos recibe.

-¡Llegó Ryder, ella está aquí!

-Y a nosotros que nos parta un rayo que no nos ve, el mocoso -comenta John mientras coloca su brazo en mis hombros y me río de su infantilismo.

En ese momento sale Ryder, con unos jagger de algodón gris claro marcando claramente los cuádriceps de sus piernas, y bueno... mi mirada se dirige a el marcado bulto entre sus piernas, para no ser evidente desvió rápido la vista a su torso, que también se marca cada músculo por una holgada camiseta blanca.

Maldito chico y ese tremendo físico -si se que es un comentario superficial, pero matenme por no saber controlar mis estrógenos adolescentes.

¡Malditas mis hormonas!

Creo que nadie nota mi repasada viciosa, bueno quizás Mal si, por como me observa con una mirada de: ¡te vi picarona!

Rowen lo cruza, distrayendo mi radiografía visual, mientras vuelve a entrar sin saludarnos de la emoción.

-Bienvenidos, pasen y dejen sus abrigos en la entrada que Row ya tiene todo listo en el living. Esta incontrolable su intensidad desde que sabe que vienen.

LIGA DE MENTES ©Where stories live. Discover now