Capitulo 26

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La boda de Olivia fue preciosa. La novia estaba muy hermosa, sus padres, muy emocionados y sus hermano, felices. Nadie presento a Tn como la compañera de Christopher, iba en todo momento junto a Malena, que la presentaba como una amiga.

Durante el banquete, Tn se sentó entre Malena y Christopher, quien, como no podía reprimir la necesidad de tener contacto con ella, en más de una ocasión puso la mano en el muslo de la joven por debajo de la mesa. Cada vez que lo notaba, ella se movía y él quitaba la mano, aunque, de manera casi inconsciente, a la mínima de cambio, volvía a buscar el contacto. No le hizo mucha gracia verla bailar con los amigos de sus hermanas, pero estaba dispuesto a que nadie la pudiera relacionar directamente con él y prefirió morderse la lengua y aguantar.

Malena, consciente de las ganas que su hermano tenia por acercarse a la joven, propiciaba encuentros entre ellos siempre que podía y ellos los aprovechaban al máximo. Incluso bailaron un par de piezas bajo la atenta mirada de cientos de ojos: todo lo que hacía Christopher allí era observado con lupa y eso lo enojaba cada segundo más y más.

Cuando por fin termino la boda, y todos regresaron a su casa, él se negó a evitar que Tn tuviera que ir. Al final, los novios, sus amigos y los padres se marcharon a una conocida sala de fiestas de Loja a continuar con la fiesta.

Una vez solos en la casa familiar, Christopher no se hizo esperar. Nada más cerrar la puerta, tomo a Tn entre sus brazos y la beso; le devoro los labios con tal ansia que ella se sintió desfallecer.

Chris: - No veía el momento... -dijo mientras desabrochaba la cremallera del vestido.

Beso y más besos regaron el cuerpo de la joven cuando, como un lobo hambriento, la desnudaba deseoso de sexo. En cuanto llegaron a la habitación de Christopher, el cerro la puerta y la miro con fijeza a los ojos.

Chris: - Te deseo.

Ella asintió y, sin hablar, acerco su boca a la de él y le demostró que era mutuo. La ropa voló por la habitación hasta quedar desnudos sobre la cama; excitada, Tn se abrió de piernas y lo tentó, deseosa de que la poseyera. Christopher sonrió al tiempo que se ponía un preservativo.

Sin hablar, se acostó sobre ella haciéndola gemir. Su duro pene la golpeaba entre las piernas y su ansia por ser penetrada crecía más y más.

Tn: - Hazlo ya- susurro.

Christopher sonrió seductor y paso con delicadeza el dedo por la hendidura húmedad de ella.

Chris: - ¿Me deseas?

Tn: - Mucho.

Sin dejar de mirarla, metió uno de sus dedos en su interior, lo movió con ímpetu e hizo que ella soltara un gemido.

Chris: - Bésame, cielo.

Hechizada por lo que decía, lo obedeció. Un nuevo gemido salió de ella cuando él introdujo dos dedos en su interior con brusquedad. Ansiosa de sexo, ella empezó a mover las caderas, en un movimiento semiconsciente pero a la vez armónico.

Chris: - Así... vamos... muévete –insistió.

Lo hizo sin ningún tipo de pudor; movió las caderas con ímpetu de adelante atrás para tener más contacto con sus dedos, para que entrasen más en ella, hasta que él los saco y, con un rápido movimiento, introdujo el pene de una embestida, que a ella le resulto del todo inesperada, aunque lo había estado pidiendo con sus caderas. Todo su cuerpo se arqueo, y el eco de su alarido invadió la habitación.

De rodillas sobre la cama, como un Dios todopoderoso y omnipresente, Christopher observaba a Tn, desnuda ante él. La tomo por la cintura y se volvió a hundir en su interior; ella jadeo y él repitió la maniobra. Una y otra vez disfruto de aquella lenta pero maravillosa agonía mientras ella se abría para recibirlo. Agarro sus pequeños pechos, que se movían al compás de las embestidas, con los dedos pellizco los pezones y tiro de ellos justo en el momento en que ella gritaba de nuevo y notaba como la humedad los inundaba. Mirándola, disfruto de su deleite mientras gozaba del suyo propio y, cuando no pudo más, tras una certera embestida, se dejó caer sobre ella y se corrió.

¡Ni lo sueñes! Where stories live. Discover now